R.I.P. el liderazgo compartido

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral CRÓNICA

PONTE CALDELAS

26 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque a algunos de sus compañeros de partido la noticia les pilló por sorpresa, lo cierto es que la renuncia de Andrés Díaz como secretario de Organización del PSOE provincial era la crónica de una dimisión anunciada. El alcalde de Ponte Caldelas y otros regidores se habían unido para impulsar una candidatura a la secretaría xeral alternativa a la del aparato vinculado al poder institucional de Vigo en el Concello y la Diputación de Pontevedra. Querían defender a las pequeñas agrupaciones, las grandes abandonadas, decían. Pero ese recorrido acababa a principios de noviembre, tras un duelo de egos, en un extraño viraje. Uno de tantos que se suceden en política.

Andrés Díaz se sumaba al proyecto de David Regades, hoy secretario xeral en la provincia. El «liderado compartido» que vendieron en su día nunca fue tal a pesar de las apariencias. Antes del congreso del 16 de diciembre el proyectado trasvase del Verdugo para garantizar el abastecimiento a Vigo, que rechaza de plano Andrés Díaz y reclama Abel Caballero, originaba las primeras tensiones. Pese a ello, y quizá por aquel acuerdo de noviembre que frustró las aspiraciones de una candidatura alternativa, David Regades situaba al alcalde de Ponte Caldelas como secretario de Organización en la provincia. Era el teórico número 2 del partido, si no fuera por que por delante de él colocaron a Paula Fernández (vicesecretaria política) y a Luis G. Piña (de dinamización de agrupaciones locales y militancia).

Andrés y Abel protagonizaron una de las fotos de aquel congreso. Tras el cónclave, Caballero volvía a insistir. Esta vez subía un pistón y pedía la dimisión de Andrés Díaz como miembro de la dirección provincial del partido. El alcalde de Ponte Caldelas aguantó menos de un mes. Él mismo trasladó este miércoles a sus compañeros que la decisión fue «meditada». No estaba cómodo, no compartía algunas de las actuaciones emprendidas y reconocía abiertas discrepancias en la gestión orgánica. Que Vigo no respetara su oposición al trasvase le ha dolido especialmente porque él insiste en que su prioridad es Ponte Caldelas. Se va ninguneado y pasa a ser, además de alcalde, un militante de base más.

La dirección provincial se reunirá el próximo lunes y la dimisión del ya ex secretario de Organización estará todavía caliente. Piña, el hombre del partido en A Cañiza, podría asumir esas competencias, según diversas fuentes, aunque hay otras opciones. A la unidad que salió del Pazo da Cultura le ha salido una grieta. El temor es que ese agujero vaya a más y acabe originando nuevas fisuras que no interesan nada a un año y cuatro meses de las elecciones municipales.