Los rastrillos regresan al mar

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

capotillo

Los mariscadores vuelven a los bancos, con desigual fortuna, tras dos meses de cierre

21 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La lonja de Campelo reabrió ayer sus puertas después del cierre forzoso provocado por la última y prolongada marea roja. En el parqué de Poio se subastó almeja a un precio medio de 16,52 euros el kilo. Es un valor bastante bueno si se tiene en cuenta que la mayor parte del producto consistió en japónica, un molusco tradicionalmente de demanda más baja. A lo largo de esta semana, las cofradías redoblarán sus esfuerzos por extraer del mar el preciado marisco, sobre todo almeja fina, con la campaña de verano a las puertas y la esperanza de que unos buenos precios compensen, en parte, el desastre de una primavera que prefieren olvidar. La marea roja, producida por el ciclo natural del fitoplancton, los microorganismos de los que se alimentan los bivalvos, está jugando muy malas pasadas a este sector, que arrastra varios ejercicios económicos en horas bajas.

Las mejores noticias de este lunes se encontraron en el sector de a pie. La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, explicó: «La gente me decía que para el tiempo que hacía que no se confía, no creciera mucho, pero fue bastante bien». En la rula de Campelo se vendieron algo más de dos mil kilos de almeja de las agrupaciones de a pie. Las cuotas, aunque llevó un tiempo cubrirlas, se alcanzaron en la mayor parte de los casos. Estaban autorizados seis kilos de japónica, muchísimo más frecuente que las otras clases de almeja, y otro medio de fina.

En el caso del sector de a flote, los resultados fueron muy decepcionantes. El patrón mayor de Raxó y presidente de la lonja, Iago Tomé, calificó esta primera jornada de trabajo como «horrorosa». La cuota era de siete kilos de babosa y diez de japónica. Ninguna de las veinte embarcaciones que echó sus rastrillos al mar consiguió cubrir su parte. Más bien se quedaron muy lejos. La mayoría de los pescadores descargaron entre medio kilo y kilo y medio. En total, se subastaron en Campelo cerca de cincuenta kilos de almeja, sobre todo fina, procedente del caladero del río, a un valor medio de 16,34 euros el kilo.

Áreas improductivas

Iago Tomé se quejó de esta situación y lamentó que la Xunta siga sin atender las peticiones del sector. «Recalcámolo por activa e por pasiva, o banco está mal e hai que declaralo zona improdutiva, porque non hai nada para coller, e ao menos así poderíamos acollernos a algunha axuda». Los armadores pidieron que hoy se cambie de caladero. Pasarán del río a la zona de Os Cantís. Confían en que la almeja japónica que se detectó antes del cierre de los bancos hace dos meses, haya crecido más y dé para ganar algo de salario.

Para el patrón mayor de Raxó, la situación que vive el marisqueo de a flote, y de forma colateral las agrupaciones de a pie, se debe a una suma de factores que exigen la implicación de varios departamentos de la Xunta. En este sentido, Tomé critica la exclusión de la retirada de algas del proyecto de regeneración ambiental aprobado por la Consellería do Mar. Precisamente son las algas uno de los problemas más acuciantes al que se enfrentan las cofradías, porque se acumulan en gran volumen en los bancos del río. También falta que se haga de una vez el tantas veces prometido dragado del río Lérez y el depósito de áridos en bancos improductivos, que Portos lleva años tramitando.

El valor medio del kilo de almeja en la subasta de la lonja de Campelo superó los 16 euros

El sector de a flote se queda muy lejos de cubrir los cupos por la escasez de bivalvos en el río

Los pósitos piden que la cita del día 1 traiga conclusiones y actuaciones precisas para la ría

En el plazo de apenas dos semanas se celebrará una reunión de todas las Administraciones y colectivos implicados en la recuperación ambiental de la ría de Pontevedra. Esta cumbre por la ría dará continuidad a la que tuvo lugar el pasado abril y las cofradías de Raxó, Lourizán y San Telmo reclaman que se pongan sobre la mesas conclusiones preliminares y actuaciones concretas que sirvan para actuar en la mejora de la calidad de las aguas de la ría cuanto antes.

La fecha concertada en su momento por la Xunta para que se vuelvan a sentar los alcaldes de Pontevedra, Marín y Poio, así como las conselleiras de Medio Ambiente y Mar, el presidente de Portos y los colectivos de mariscadores y bateeiros es el 1 de julio. Sin embargo, a estas alturas, en los pósitos no se ha recibido confirmación por parte del delegado territorial de la Xunta sobre esta cita, en la que han depositado buena parte de sus expectativas. Algunos dirigentes de los pósitos, como el patrón mayor de Raxó, Iago Tomé, ven con cierta inquietud cómo se van desarrollando los acontecimientos.

Tomé recordó ayer que en la primera cumbre la conselleira de Medio Ambiente se comprometió a que a los pocos días se reunirían los técnicos de Augas con los de Poio para examinar sobre el terreno dónde se ubicará la depuradora que hace falta para las parroquias de Raxó y Samieira. Ambas hoy en día vierten directamente al mar a caño libre.

Sin embargo, pese a las reiteradas llamadas, y en dos ocasiones escritos, del alcalde de Poio, el nacionalista Luciano Sobral, a Augas, esta reunión todavía no ha tenido lugar. La depuradora aún pendiente de ubicar en Poio es uno de los temas que las cofradías consideran que es prioritario, por lo que no entienden por qué se está retrasando tanto esta visita de los especialistas.