Vuelve la verbena a Marín: «Estou chorando, non sabedes o importante que é estar aquí»

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

MARÍN

La orquesta Marbella hizo bailar a los marinenses en una de las pruebas piloto de esta clase de eventos en Galicia

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La orquesta Marbella levantó el telón en Marín ayer por la noche en una Praza de España convertida en un gran recinto festivo para celebrar, por todo lo alto, una prueba experimental de verbena, el primer festejo de esta categoría en la localidad desde que se declaró la pandemia. Fue el regreso emocionado de esta orquesta que actuó en Marín por última vez en las fiestas del Carmen del 2019 y a la que el covid impidió volver a hacerlo el año pasado.

Un emocionado Nando Bouza, uno de los cantantes de Marbella, se dirigió al público tras la primera canción que entonaron. Visiblemente contento de estar otra vez sobre un escenario expresó la sensación de verse otra vez ante los marinenses. «Moi boas noites Marín. Estou chorando. Non sabedes o importante que é estar enriba deste escenario un ano e medio despois. Por iso, antes que nada: grazas». Sus palabras arrancaron los aplausos del público, mientras Nando continuó: «Temos nervios, estamos nerviosos, porque houbo poucos ensaios e imos tocar un pouquiño de todo. Que bonito é saber que estades aí. Sempre ao noso carón. E iso foi moi importante. Grazas polos aplausos. Necesitamos escoitar os aplausos».

Estricto protocolo sanitario

Así, de esta manera, las canciones se fueron sucediendo una tras otra, ante un auditorio que, pese al mal cariz con que comenzó la tarde, llenó la mayor parte del aforo disponible. Previamente, los asistentes se tuvieron que apuntar en la reserva habilitada por el Concello de Marín, de acuerdo con el protocolo establecido por la Xunta. La alcaldesa, María Ramallo, manifestó su satisfacción con la acogida entre los vecinos de esta iniciativa. «Las mil entradas se agotaron a las siete horas de haberse puesto a la venta», comentó la regidora.

En el recinto festivo, delimitado por un vallado provisional en torno al escenario, se colocaron parcelas en el suelo, fácilmente identificables, donde las personas se pudieron ir colocando y en un número no superior a seis por cada cuadrícula. En esta verbena piloto se permitió el baile, pero acotado a la parcela asignada a cada grupo de personas. La mascarilla fue obligatoria en todo momento y no se permitió comer, beber ni fumar.

La lluvia amenazó, con mayor o menor intensidad el comienzo de la velada, pero al público le dio igual. Unos abrieron paraguas y otros se pusieron a bailar. A fin de cuentas, hace un año y medio que estaban esperando precisamente por esto, ver una orquesta tocando para ellos.