Un grupo de 16 jóvenes aprovechan un chalé abandonado en Marín para celebrar una fiesta y además no usan mascarilla

Marcos Gago Otero
Marcos Gago MARÍN / LA VOZ

MARÍN

POLICIA LOCAL DE MARÍN

La Policía Local denuncia a un vecino que estaba llevando a cabo una celebración en su piso

08 feb 2021 . Actualizado a las 19:42 h.

Fin de semana lleno de incidencias para la Policía Local de Marín, un municipio donde el impacto del covid-19 es superior a los 250 casos por cien mil habitantes y donde este lunes hay 140 casos activos de coronavirus. Los agentes tuvieron que intervenir en al menos tres ocasiones para poner fin a fiestas y reuniones no autorizadas dentro de las medidas adoptadas por la Xunta y el Gobierno central para la lucha contra la pandemia. En total, se tramitan 44 denuncias.

Un vecino advirtió a la Policía Local el pasado sábado de que en un chalé abandonado en Marín se estaba desarrollando una fiesta. Al parecer, había un numeroso grupo de jóvenes, que se encontraban bebiendo y fumando. Un botellón en toda regla en días del covid, con la temeridad que supone el añadido de que no usaban la mascarilla. Cuando llegó la patrulla de la Policía Local pudo comprobar que la fiesta en el chalé abandonado había reunido al menos a 16 jóvenes, que tenían preparadas bebidas y música. Además, también se dan cuenta de que los reunidos no usan la mascarilla de protección obligatoria. Se procede a disolver la reunión no autorizada y se propone a todos para una multa por incumplir la normativa sanitaria.

No fue el único caso el sábado. Ese mismo día pero ya por la noche, se recibe el aviso de que hay una fiesta ilegal en un piso del centro urbano. Cuando los agentes llegan al lugar comprueban que, efectivamente, hay mucho ruido en el edificio y parece que hay bastantes personas dentro del piso aludido. Los agentes llaman a la puerta y les atiende el propietario del piso que, según el relato policial, admite que está realizando una fiesta con amigos no convivientes, pero se niega a clausurarla y tampoco deja entrar a los agentes, asumiendo las consecuencias por este festejo. Se le tramitan dos denuncias, una por desobediencia a la autoridad y otra por celebrar una reunión con no convivientes.

Por último, el domingo por la tarde y nuevamente a requerimiento de un vecino, los policías locales se desplazan a un espacio natural, donde encuentran reunidos a ocho jóvenes, comiendo y bebiendo sin ningún tipo de protección. Los agentes reclaman a los jóvenes a que cesen de inmediato la reunión y estos cumplen lo solicitado, recogiendo además todos los restos y envoltorios de las consumiciones. A este grupo se les denunció por incumplir la normativa de lucha contra el covid.