El «Grinch» se pasea por la comarca

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

MARCOS GAGO

Deshacen las pacas de paja de los árboles de Sanxenxo y Portonovo y fuerzan a Marín a reparar el buey del belén

10 dic 2016 . Actualizado a las 09:35 h.

El poner patas para arriba la decoración navideña de la comarca se está convirtiendo en una nueva y extraña tradición. Si el año pasado los vándalos se dedicaron a atacar el belén de Marín -este año repitieron la heroicidad prendiéndole fuego-, esta semana de puentes se han cebado con los árboles decorativos de Sanxenxo y Portonovo. Fue la comidilla de medio pueblo y, aunque hay teorías para todos los gustos al señalar culpables, lo único cierto es que las pacas que rodeaban los árboles en las dos villas aparecieron por la mañana convertidas en una masa informe. Se salvó Vilalonga. Está por ver si consigue aguantar intacto la temporada.

Es como si el Grinch, ese personaje que se dedicaba a amargar la Navidad en una película del 2000 e interpretada por Jim Carrey, hubiese decidido darse una vuelta por las localidades turísticas. O quizás algún imitador del viejo Ebenezer Scrooge, carácter principal del Cuento de Navidad de Charles Dickens, quisiese plasmar a la vista de todos un alegato en contra de las festividades de diciembre. Sea lo que sea, el panorama que ofrecían ambos arboles a primera hora de la mañana de ayer era bastante lamentable.

Las pacas de paja dispersas por el suelo afeaban unos árboles que, dicho sea de paso, ofrecen un aspecto mucho más sólido que el año pasado, cuando el temporal -sí, en diciembre solía haber temporales en Galicia- acabó arrastrando la estructura luminosa desde la praza de Os Barcos a la cercana playa. Este viernes, bajo un sol más propio de mayo que de fin del otoño, se retiró la paja en una furgoneta y se colocó en su lugar un cierre de valla de obra de color amarillo. No es tan bonito, pero parece menos susceptible de desencadenar las furias de aquellos que no saben respetar las propiedades de todos.

¿Qué hacían las balas de paja alrededor de estas estructuras navideñas? El gobierno local lo explica en su página web al hacer su valoración sobre los destrozos. «O Concello apostou este ano por embelecer o alumeado de Nadal, dotando a cada árbore dun anel de pacas que, ademais, se convertía nun banco provisional dende o que facerse un selfie». Una propuesta sencilla para tener un recuerdo, «un diseño que buscaba que todos os veciños de Sanxenxo se sentisen satisfeitos e orgullosos da imaxe que ofrecían as súas prazas».

Poco duró la iniciativa. Vecinos y turistas solo tuvieron dos días para hacerse esas instantáneas -los árboles se encendieron el miércoles por la noche-. En el perfil de Facebook del Concello, el gobierno local pidió respeto por estos elementos decorativos. «Sen a vosa colaboración, perdemos todos», sentenciaba el ejecutivo sanxenxino.

No se sabe si alguien atenderá la petición municipal, pero en Facebook se desencadenó toda una larga serie de comentarios. Los hubo de todo tipo, bastantes indicando a padres que se divertían delante de sus hijos mientras los pequeños arrancaban la paja de las balas. Quizás tengan razón, quizás no. Esa escena sí que se pudo observar ayer por la mañana, en la praza de Os Barcos, mientras los más pequeños correteaban por el círculo informe de heno ante la mirada sonriente de sus padres. En los corrillos hubo quien señaló a adultos como responsables. E incluso hubo quien echó mano al sarcasmo y propuso, como medida preventiva un anillo de toxos para que la gente aprenda a respetar lo que es del disfrute común de todos.

Reparación en un taller

Mientras las redes sociales en Sanxenxo continuaron todo el día acumulando una gran variedad de opiniones, al otro lado de la ría, en Marín, las figuras del belén de la praza do Reloxio se custodiaban en un taller. Después del fuego de la madrugada del pasado domingo, el Concello se llevó las figuras para su examen por un electricista. La concejala de Turismo, Cristina Acuña, explicó que se está realizando la reparación del buey, que quedó prácticamente calcinado en el suceso dominical, y que en cuanto esté listo se repondrá el cuadro navideño en la praza do Reloxio.

El gobierno de Marín utiliza desde hace dos años las escaleras de la praza do Reloxio para exhibir un belén con figuras luminosas que, además de decoración festiva, se ha convertido en una de las referencias fotográficas de la Navidad local. El domingo alguien le prendió fuego y el incendio ennegreció las paredes de la torre del reloj y de la iglesia vieja, además de calcinar las pacas de paja del belén y la figura citada. Unos viandantes se encontraron con el fuego y sacaron las demás figuras del alcance de las llamas. El belén del Reloxio ya fue objeto de dos actos vandálicos en menos de una semana el año pasado. Quizás el refrán popular se equivoca y el «demo anda solto» en Marín en diciembre y no en san Miguel.