El fuego que se llevó la primera Navidad «na casiña» del bebé Manuel y su familia

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

Julián y su suegro Pepe, este sábado, volviendo a buscar algunas pertenencias
Julián y su suegro Pepe, este sábado, volviendo a buscar algunas pertenencias CAPOTILLO

El incendio de una vivienda en Cotobade dejó a sus padres y al abuelo José sin nada. Lo único bueno, la solidaridad, que llevó a abrir una cuenta para ayudarles: «Estamos emocionados», dicen

05 ene 2024 . Actualizado a las 21:17 h.

Iria tiene 28 años y Julián, su pareja, 32. Son vecinos de Cotobade y están viviendo el gran año de sus vidas. ¿Por qué? Porque a finales del 2022, de forma prematura, llegó al mundo su bebé Manuel. Vivieron entonces, con la Navidad a las puertas, unos días duros. Porque el bebé tuvo que estar en la incubadora, así que ellos pasaron la Nochebuena y el Fin de Año acompañándole. Esta vez les tocaba comer el turrón tranquilos, con el pequeño ya a su lado. Y lo harán así. Porque, por suerte, han salido sanos y salvos de un incendio que, el viernes día 15 de diciembre al anochecer, devoró su vivienda. Celebran estar bien. Pero no pueden dejar de llorar por lo que quedó atrás, por su «casiña». Porque esta tenía que ser la primera Navidad de Manuel en su «casiña» y eso no va a poder ser. Su madre vuelve a ese momento en el que todo se precipitó en el hogar con la voz ahogando sollozos; sin creer todavía del todo «que non quede nada».

Era ya cerca de la noche, iban a merendar e Iria ya tenía al bebé preparado para irse a dormir en poco tiempo. «Estaba xa en pixama, e mira que rápido foi todo que non puiden nin vestirlle unha chaqueta, despois volvín atrás por ela, e foi o único que salvei», cuenta ella. Salieron de casa su padre, ella y el crío, ya que su marido estaba trabajando.

En pocos minutos, un fuego que creen que empezó en una habitación, aunque desconocen su origen —señalan que no tenían estufas ni otros aparatos funcionando—, comenzó a devorar la vivienda. Los bomberos tardaron casi una hora. Pero los vecinos trataron de ayudarles de todas las maneras posibles. Ahí, mientras veía desvanecerse sus recuerdos, ya que esa casa la compraron su padre y su abuela y ella vivió siempre ahí, Iria empezó a entender que lo que el fuego les estaba robando su gente se lo trataba de compensar con afecto y solidaridad: «Estamos emocionados de como nos está arroupando todo o mundo. Non me saen as palabras para agradecer todo o que están facendo por nós. Primeiro intentaron axudar a apagar o lume e despois déronnos roupa, cueiros e cousas para o noso fillo... non hai palabras», explica esta mujer con la voz rota de emoción.

Tras el incendio, que arruinó todo su hogar, Iria, su marido, su padre y el niño se fueron a casa de sus suegros, en Ponte Caldelas, donde permanecen desde entonces. «Menos mal que temos onde estar, porque nuns minutos quedamos sen nada», repite ella una y otra vez. Ahí intentan ir aceptando la nueva realidad. 

Dice que los días son duros y las noches un poco más. Y que conforma pasa el tiempo se va dando cuenta de todo lo que perdió: «Perdemos cousas de valor, claro, todo o que tiñamos do neno. A súa bañeira, o seu berce, a súa roupiña... pero o que máis me doe son as lembranzas irrecuperables. Intentei entrar por unha cadea da miña avoa Domitilia, porque ela foi quen me criou e eu queríalle moito, pero xa non a puiden coller. O fume cegábame, non se vía xa nada e era moi perigoso. Iso dáme moita mágoa, e tamén as súas fotos», explica.

No hubo tiempo ni para abrazar los recuerdos ni tampoco para echar mano a la documentación. Iria ni siquiera tiene el DNI o documentación del niño. Ahora el objetivo es intentar restaurar ese hogar y volver a su «casiña». Perdieron mucho. Pero no todo. Quedaron ellos y el pequeño Manuel. Y esa es la gran suerte.

«Non estades sós», la frase del alcalde que repiten todos los vecinos para darles apoyo

Horas después del incendio que calcinó la vivienda de José, Iria, Julián y su pequeño Manuel, el alcalde de Cotobade, Jorge Cubela, había una declaración vía Facebook para informar de que el Concello pondrá todo de su parte para ayudarles. Así, manifestaba: «Non estades sós. Tedes todo o noso apoio e solidariedade». Luego, añadía: «A familia de José e Iria Riveiro teñen que saber que non están sós ante a adversidade e o lamentable sucedo que provocou que o seu fogar na Corredoira resultara calcinado. Desde o Concello impulsaremos e poñeremos en marcha todos os mecanismos posibles para reverter esta situación e que o espírito do Nadal guíe a solidariedade de todo un pobo para poder alegrar e recuperar as gañas de vivir a esta familia tan afectada polo incendio na súa casa. Entre todos conseguirémolos e xuntos daremos unha resposta unida e como pobo para que a solidariedade se materialice o máis axiña posible para que volvan sorrir».

Palabras similares de solidaridad salían también de boca de los responsables del BNG, a los que esta desgracia les toca muy próxima porque tanto Iria como su padre, José, formaron parte de la candidatura nacionalista en las elecciones municipales. Desde el Bloque indicaban que están intentando ayudarles en lo que pueden y agradecían que sea el Concello el que tome las riendas para abordar con la familia cuáles son las necesidades y así enfocar correctamente la solidaridad. «Estamos con eles, claro que non están sós», afirmaban.

A última hora, el alcalde de Cotobade dio a conocer que se ha habilitado una cuenta solidaria y animó a los vecinos a donar parte de lo que iban a gastar esta Navidad para que esta familia pueda reconstruir su hogar. Es de Abanca, está a nombre de Iria Riveiro Baltasar y el número es el ES16 2080 5026 8530 4000 6879.