«Dios mío, o que nos espera este ano co lume»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

Ramón Leiro

Vecinos de Viascón están desesperados porque, por enésima vez, el fuego estuvo cerca de sus viviendas

28 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay lugares que arden, parroquias o núcleos cuyo monte se quema cada año en cuatro o cinco ocasiones sin que nadie pueda explicarse el porqué. Ocurre así en Viascón (perteneciente a Cotobade), en los lugares de A Costa o Cabanelas, donde anteayer a última hora se registró el enésimo incendio forestal. Allí, ayer por la mañana, con la tierra todavía humeante, las cuadrillas de incendios regando aquí y allí y la Policía Nacional merodeando por la zona, algunos vecinos salían a recorrer el terreno calcinado. Lo hacían Marina y Mercedes, que mostraban su impotencia al ver tanto monte negro y al descubrir también que «o lume non é que chegase ás casas, pero tampouco quedou tan lonxe». Marina, observando una ladera completamente chamuscada, echaba las manos a la cabeza e indicaba: «Dios mío, o que nos queda este ano co lume».

Ambas vecinas contaban que lo habitual es que cada año se registren tres, cuatro o más incendios cerca de donde viven. Pese a sufrir tantos fuegos, ni ellas ni el resto de los vecinos se acostumbran a esa lacra. «Cada vez que ocorre dóeche máis, isto é unha pena moi grande», indicaban al unísono. Ellas suelen ir a andar a diario por una zona más llana y asfaltada, pero ayer no se resistieron a pisar el monte para ver las cicatrices de las llamas del día anterior -los datos aportados por el Concello indican que ardieron 10 hectáreas-. Querían ver cómo habían quedado las fincas pero, sobre todo, querían acercarse hasta una granja que hay en un alto para comprobar si había habido problemas con los animales.

Esa explotación ganadera, donde viven más de 50 vacas de razas autóctonas, ovejas y cabras, pertenecen a un vecino llamado Roberto Louzán, que ayer contaba cómo vivió este último incendio. «Non nos chegou o lume á granxa pero si ao pastizal. Tiñamos as vacas fora, o cal é habitual, e tivemos que metelas dentro. Desafortunadamente, nesta esquina de monte temos incendios a cada paso, non damos saído deles». Luego, indicaba también que lo que más le asusta es que este año el fuego ha llegado muy temprano: «Se isto nos pasa xa en marzo, non me quero imaxinar como imos chegar ao mes de agosto. Dáme medo pensalo», indicaba este ganadero.

Y además, el lobo

Roberto Louzán contaba también que el martes fue un día especialmente dramático para su explotación. Además de tener el fuego rodeando prácticamente la granja -ardió por varios sitios pegados a las instalaciones ganaderas-, los animales también sufrieron un ataque del lobo. «

Pasounos algo incrible. Temos desaparecidas cinco ovellas e non hai un só rastro delas. Sabemos que tiveron que ser os lobos porque hai pisadas e porque un dos mastíns que temos quedou ferido moi grave. Pero das ovellas non hai nin rastro, tivo que ser unha manada a que as atacou, porque un lobo solo non da feito semellante cousa. É certo que cando ven unha cousa mala non ven sola»

, reflexionaba.

Roberto, como Marina o Mercedes, señalaba que nunca deja de estar alerta en cuanto al fuego. Lo mismo indicaba el regidor de Cerdedo-Cotobade, que señalaba en redes sociales que estaba hastiado de los incendios y que «en Viascón non se pode seguir así».

Alarmas en Deza y Tabeirós, y en Silleda se pide colaboración para mantener limpias las fincas

En Deza y Tabeirós los últimos días se produjeron alarmas de incendios, en Galegos el martes y ayer en A Estrada, corriendo incluso el rumor de que el fuego acechaba a na gasolinera. La primera fue na falta alarma y la segunda un conato en el monte sin importancia. En Silleda, el alcalde, Manuel Cuíña, pide colaboración ciudadana para mantener las fincas libres de maleza y de especies pirófitas. Desde el Concello se están enviando comunicaciones a los vecnos y por el Concello ya pasaron muchos informando de maleza cerca de sus casas.

En cuanto al fuego, en Pontevedra, Viascón, no es el único lugar acosado de forma permanente por los incendios. La zona de Mesego, en Cuntis, también tiene un historial largo, tal y como recordaba ayer el alcalde, Manuel Campos. En esta ocasión, el fuego se inició a última hora del martes y, afortunadamente, se pudo detener tras haber calcinado unos 500 metros cuadrados. Trabajaron en la extinción tanto Protección Civil de Cuntis como personal de Medio Rural.

Protección Civil de Cuntis tuvo una noche del martes y una madrugada del miércoles bien complicada. Además de sofocar este incendio, también acudieron a otro a Meis y a un conato en Caldas. En el caso caldense ardió un cañaveral en la parroquia de Godos.