Los comuneros de Salcedo limpian montes privados para blindar el suyo

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

BARRO

Emilio Moldes

En Barro adquieren parcelas para evitar que quedan en medio de la masa comunal

05 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En la comarca de Pontevedra hay al menos dos comunidades de monte atípicas. Se trata de la de Salcedo (Pontevedra) y la de Curro (Barro). Son singulares por dos razones fundamentales. Por una parte, cuentan con ingresos más allá de la gestión forestal, ya que la de Salcedo cobra un canon anual de Defensa y la de Curro obtuvo varios millones de euros de las expropiaciones del polígono industrial de Barro-Meis. Por otra parte, tanto la directiva de la comunidad de Salcedo como la de Curro están totalmente implicadas con el monte, intentando ponerlo en valor, cada una con sus ideas y proyectos. El caso es que han logrado avances para ganarle la batalla al monte desordenado, lleno de maleza y de madera que es como «dinamita» cuando llega un incendio. Pero en ambos casos necesitan dar nuevos pasos. ¿Por qué? Lo cuenta bien Fernando Pintos, presidente de los comuneros de Salcedo: «Temos que velar tamén para que os montes privados colindantes estean ben, para que non prenda lume neles que poida vir para o noso». ¿Qué han hecho? En Salcedo están llegando a acuerdos con particulares. La comunidad les limpia su monte de maleza y especies invasoras a cambio de que luego ellos planten árboles autóctonos.

Señala Pintos que ya se llegó a esta colaboración con cinco particulares y que se trata de una fórmula idónea para ir haciendo franjas de seguridad alrededor del monte comunal. «Aínda que nós agora mesmo temos o monte tan limpo que é difícil que arda, sempre é mellor telo protexido, de aí estes acordos». Pintos también recordó el esfuerzo hecho para eliminar invasoras y eucaliptos: tenían 50 hectáreas con ambas especies y las mimosas las erradicaron y de eucaliptos les quedan unas tres hectáreas.

Desde Curro, Miguel Ángel Maquieira, presidente de los comuneros, señala que ellos lo que están haciendo es una opción que les permite la ley de montes comunales y que implica comprar determinadas propiedades privadas clave, que quedan dentro del monte comunal o colindan con él, para que no estén sin limpia y, por tanto, no ardan fácilmente.

Planean hacer una plantación de camelias en Curro para obtener te y aceite

Si se escucha a los responsables de los comunidades de montes queda claro que la diversificación de plantaciones empieza a tomar forma. En el caso de Curro (Barro) no se dejaron seducir por los olivos. Reconocen que la especie está de moda pero «nunca o plantexamos». Sin embargo, siguiendo la línea de la Diputación y sus avances en la investigación sobre la camelia y la producción de aceite, así como de te, se quiere probar con una plantación de esta especie. «É un proxecto que temos aí, o de plantar camelias, que nos gustaría que saíse adiante. Penso que a Deputación, coa Estación Fitopatolóxica de Areeiro, ten moito investigado neste campo e que se poden facer cousas interesantes. Non é moito terreo, pero serviría para probar e ver se é algo que funciona», indica Miguel Ángel Maquieira, presidente de los comuneros.

La moda del olivo llega a las comunidades

El olivo está de moda. Lo decían recientemente desde la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, donde indicaban que es raro que pase un día sin que alguien llame preguntando por esta especie. Pues esos olivos que ya lucen en algunas propiedades privadas de la comarca de Pontevedra -un vecino de Campo Lameiro contaba hace poco tiempo en este periódico que había plantado 1.400 olivos y que en la primera cosecha sacó 96 litros de aceite- parece que también pedirán sitio en los montes comunales de la zona. No en vano, algunas comunidades prevén reforestar con esta especie para tratar de sacarle rendimiento a través del aceite.

Una de las comunidades interesadas en el olivo está en Ponte Caldelas. Se trata de la de Chaín, cuyo terreno resultó seriamente dañado por el fuego que asoló el municipio el 15 de octubre del pasado año.

En A Tomba

Otro ejemplo de comunidad de montes interesada en el eucalipto es la de Campañó. Este colectivo está a la espera de que salga adelante el proyecto de parque forestal en A Tomba, fruto de una colaboración de los comuneros con el Concello. La idea es que la reforestación que se lleve a cabo combine dos especies: se plantarán 8.600 castaños y 5.800 olivos. ¿Por qué olivos? Hablaba de este asunto ayer el presidente de la comunidad de montes, José María Domínguez: «

É unha especie atractiva porque parece que poderemos ter unha produción, e iso sempre é interesante. De todas formas tamén seguimos apostando polo castiñeiro e demais especies autóctonas».

Desde Chaín los comuneros hablaban en la misma línea. Indicaron que contactaron con distintas aceiteras para informarse.