Jerónimo Quevedo, socio fundador de Un Puma: «Nunca vamos a dejar de seguir apostando por generar un shock cinematográfico»

Por primera vez, un festival cinematográfico europeo, concretamente Novos Cinemas, le dedica un Foco a la productora argentina Un Puma, una retrospectiva que permitirá exhibir en el Teatro Principal de Pontevedra algunas de las obras que llevan el sello de esta firma. «Venimos realizando cortometrajes, mediometrajes y largometrajes desde hace quince años. Tuvimos la suerte de que se muestren en muchísimos lugares alrededor del mundo y a un festival, como Novos Cinemas, que tiene mucho interés por un cine muy particular, le pareció una buena idea que podamos mostrar algo de lo que ha sido el recorrido de nuestra filmografía a lo largo de todos estos años. Elegimos algunos cortometrajes, algunos mediometrajes y algunas películas para mostrar este sábado y este domingo», apunta Jerónimo Quevedo, socio fundador de Un Puma.

—En todo caso, ¿no resulta extraño dedicar una retrospectiva a una productora cuando estamos acostumbrados a que los protagonistas sean directores, actrices...?

—Claro. Para nosotros es algo muy particular porque, de alguna manera, se ha cumplido el deseo que tuvimos cuando empezamos con la productora, que era ser una especie de productora de autor, que de alguna manera las películas, el corpus de películas que nosotros hagamos, tengan como una especie de propuesta estética y política que pueda entrar en diálogo entre las mismas películas que hacemos. Esto ya nos pasó una vez en Argentina, que han hecho una retrospectiva, otra en Colombia y ahora en España. Me parece interesante habilitar espacios donde no solo se piense en el director como autor, sino que se pueda pensar también en los otros integrantes de las áreas que representan al cine, que también se pueden generar identidades propias, pero no solo desde las productoras, sino desde, incluso, los directores de fotografía, las directoras de arte... Es como descentralizar un poco la figura del director y poder empezar a pensar en términos orgánicos en el resto de las personas que integran la industria.

—En todo caso, se da la particularidad de que los productores habitualmente prefieren permanecer en un segundo plano.

—Exacto, pero es porque se relaciona mucho a la figura del productor con aquel que tiene que, de alguna manera, allanar el camino económico y financiero para que las cosas se puedan hacer. Sin embargo, a nosotros nos interesa otra forma de pensar la producción, una producción creativa, una producción que pueda discutir con los directores la mejor manera de pensar la película en términos narrativos. Ser como parte integral de las películas, que me parece que es clave y que, de alguna manera, el cine más exitoso en la parte del mundo que uno quiere elegir, en la época que quiere elegir, ha sido también un cine de directores y de productores. Es algo que está bien recuperar y volver a discutir.

—Por lo que nos comentaron se puede decir que Un Puma es una rara avis, una productora poco convencional, una productora que apuesta por el riesgo.

—Sí, totalmente. Apostamos mucho por el riesgo narrativo, por realizadores que están haciendo sus primeras películas, películas que no necesariamente se filmen en un solo lugar, ni que trabajen necesariamente con grandes actores. Pero, como todo. Uno va creciendo, va haciendo diversos proyectos y algunos que tenemos ahora quizás sí son un poco más tradicionales o tiene un elenco de mayor envergadura, pero nunca vamos a dejar de seguir apostando por generar un shock cinematográfico, si es que existe tal cosa. ¡Ojalá siga sucediendo y seguiremos haciéndolo!

—¿Qué hay de cierto en eso de que cuanto mayor es la producción menor es el riesgo?

—Lo primero, habría que definir riesgo, ¿no? Supongo que un productor tradicional te diría que lo que arriesgamos a mayor producción es mayor cantidad de dinero, pero nosotros, cuando hablamos de riesgo, obviamente tratamos de pensar otro cine, al menos un cine que no es el que uno tiene el alcance de la mano, ya sea en las plataformas, en las principales salas de cine, a eso nos referimos con riesgo. Es el riesgo de sentarse en una sala de cine y construir paciencia, paciencia narrativa para construir otra forma del tiempo, otra forma del espacio y mirar nuevas películas, películas que sean sorprendentes de ese lugar. De esa manera entendemos el riesgo. Un poco con nuestras películas apuntamos a eso.

—¿Se podría llegar a hablar de una cinematografía latinoamericana o cada país es un mundo? ¿O cada película es un mundo?

—Yo creo que se puede hablar de una cinematografía latinoamericana, pero esto es una especie de vaticinio o una especie de voluntad de deseo. Creo que con el correr de los años se viene un desarrollo de la industria cinematográfica latinoamericana como no lo hemos conocido hasta ahora. Si uno se para a pensar en los últimos años en los países más fuertes que han producido cine, han sido Argentina y Brasil, por una cuestión demográfica, pero también por una cuestión presupuestaria, incluso, por tener institutos muy fuertes y el resto de los países latinoamericanos no habían desarrollado sus industrias. Me parece que en estos últimos años cada vez se piensa más en los institutos, en las posibilidades de los fondos regionales, en empezar a desarrollar formas de hacer cine en otros países donde no sucedía, como Colombia, como Venezuela, como Ecuador, como Perú... y en el futuro hay algo de todo ese desarrollo y de esa producción que nos va a traer grandes novedades en materia cinematográfica para nuestra región.

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