La Escuela Naval, base de la Armada en la provincia, cumple ochenta años

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

MONICA IRAGO

La Academia militar llegó en 1943 y sustituyó al viejo Tiro Naval Janer

06 sep 2023 . Actualizado a las 15:32 h.

La Escuela Naval Militar de Marín cumple este verano ochenta años desde su inauguración en su actual ubicación y convertida, no solo en un moderno centro educativo castrense, sino también en el eje y principal base de la Armada en las Rías Baixas. Integrada en el tejido social de la comarca pontevedresa —a la alcaldesa, María Ramallo, le gusta llamarla la Universidad de Marín—, la Escuela Naval ha experimentado grandes cambios desde su fundación para mantenerse al día, mostrando su adaptabilidad a las nuevas tecnologías y a los cambios sociales que han tenido lugar en España a lo largo de sus ocho décadas de historia.

La presencia militar en Marín viene del siglo XVIII, cuando se la dotó de un fortín, pretenciosamente apodado Castillo de San Fernando y cuyo recuerdo permanece en el nombre de O Forte. El barrio de pescadores que surgió a su alrededor, el Castillo, ya no existe porque fue demolido cuando se hizo la Escuela Naval.

O Forte se quedó anticuado. Solo se le conoce una batalla: la protagonizada por las Alarmas del Morrazo que en 1809 echaron a los napoleónicos que habían tomado Marín. En 1916 se creó aquí, una base naval, que un joven oficial de la Armada, Jaime Janer, recibió el encargo de convertir en polígono de tiro en 1920 y que se transformó en escuela de tiro en 1931. Era habitual en la época que se comunicase a los pescadores el cierre de alguna zona de la ría para las prácticas que realizaban los militares lanzando proyectiles a blancos flotantes.

En la Posguerra, se pensó en Marín como ubicación definitiva de la Escuela Naval y así se iniciaron unas obras, que incluyeron desmontes de la zona del antiguo fuerte y rellenos, además de la construcción de los edificios. El diseño de escuelas, pabellones y viviendas lo ejecutó el arquitecto Antonio de Cominges Tapias. Y el resultado es de tener en cuenta porque la calidad del trabajo obtuvo el reconocimiento en octubre del 2003 por parte de la delegación pontevedresa del Colegio de Arquitectos de Galicia en Pontevedra, con motivo del Día Mundial de la Arquitectura.

El coste de la Escuela Naval fue de 45 millones de pesetas, una cifra notable para la época, sobre todo cuando se tiene en cuenta la precaria economía de la Posguerra española. El 15 de agosto de 1943 la Escuela Naval la inauguró Francisco Franco en su condición de jefe de Estado.

Modernización constante

Desde aquella efeméride muchas cosas han cambiado en España. La democracia llegó a la muerte de Franco y la Armada se modernizó. En la actualidad, esta puesta al día no se limita solo a la dotación de clases y herramientas modernas para los estudios de los alumnos. También se ha producido un relevante cambio de mentalidad. En 1988 se aprobó la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas y desde entonces, en la plantilla de la institución y cada año, hay mujeres aspirantes a guardiamarina. Tras su paso por la Escuela Naval, Esther Yañez se convirtió en la primera mujer oficial al mando de un barco de la Armada española en el 2005.

La aplicación de los acuerdos de Bolonia al plan de estudios también dotaron a la Escuela Naval de una mayor integración con la vida civil. Sus alumnos no solo reciben una formación castrenses, sino que también se espera de ellos que sean capaces de aprobar una titulación civil, el Grado de Ingeniería Mecánica, gracias a un convenio con la Universidad de Vigo.

La Escuela Naval también contribuye a la imagen exterior de España, ya que en esta Academia militar se forman algunos de los futuros oficiales de países amigos de España, fruto de acuerdos internacionales de cooperación.