Raúl López, presidente de Monbus: «El transporte es trabajar 24 horas los 365 días del año. Pero a mí me hace feliz»
PONTEVEDRA
El empresario participó en un foro económico en Pontevedra en el que recordó sus orígenes y reivindicó el autobús como el medio de transporte más seguro y menos contaminante
22 oct 2021 . Actualizado a las 20:38 h.Hombre poco dado a los micrófonos, Raúl López, presidente de la compañía de transportes Monbus, dejó atrás sus reparos para hablar en público y tomó la palabra hoy en Pontevedra. Lo hizo, además, como él mismo confesó, sintiéndose «muy a gusto». Porque, tal y como subrayó, «Pontevedra es el sitio donde la empresa empezó a crecer cuando compramos La Unión».
A Raúl López lo invitaron hoy a compartir su experiencia laboral en el Foro Empresa de Pontevedra; un almuerzo en el hotel pontevedrés Galicia Palace en el que alrededor de cuarenta empresarios y también cargos públicos, como el director xeral de Mobilidade, Ignacio Maestro, se vieron las caras para hablar de transporte y de cómo está la economía tras el covid.
López cogió el micrófono emocionado tras proyectarse un vídeo en el que se decía que su padre, Raúl López Loureiro, con una camioneta valorada en 500 pesetas, se introdujo en el sector del transporte en aquellos años imposibles tras la Guerra Civil, poniendo así el germen de la gigantesca empresa que hoy es Monbus. Confesando sentirse muy contento y a la vez embargado por la emoción tras el recuerdo a sus orígenes, Raúl López empezó por el final. Se presentó como el hombre de 71 años que es. Y dijo: «Aquí hay compañeros del mundo del transporte. Y ellos saben que el transporte es trabajar 24 horas los 365 días del año, algo solo comparable con la hostelería. Pero a mí me hace feliz y por eso sigo». Entre risas, añadió: «Mi mujer me pregunta muchas veces que qué hago a mis años con este ritmo de trabajo, incluso discutimos por ello. Pero después de unos días enfadados llegamos a la conclusión de que esto me hace feliz. Y por eso voy a seguir, porque realmente soy feliz así».
Tras esa confesión, Raúl López sí viajó a sus inicios. Señaló que en el año 1977 tiró de ese gen que hace que a los gallegos no se les ponga nada por delante y dio el salto desde su Sarria natal hasta Lugo para comenzar en el mundo del transporte. Dijo que incluso se puede decir que emigró, porque en aquel entonces dejar el pueblo y mirar a la ciudad era toda una proeza. Se acordó de cuando pusieron en marcha la primera línea de bus entre Lugo a Barcelona. «Yo era un chaval, tendría veinte y pocos años. Y llegar allí a Barcelona... no sabíamos ni cómo eran las calles», explicó con franqueza. Contó cómo fue superando los distintos retos que se le pusieron por delante. Y tuvo un especial recuerdo para la ciudad de Pontevedra: «Aquí empezamos a crecer. Compramos transportes La Unión al bueno de Miguel. Ahora os sonará raro, pero a mí ese hombre me vendió la empresa dándome la mano. Luego le querían dar más dinero, pero él dijo que mantenía lo que me había dicho a mí, a Raúl. Antes, así eran las cosas».
Explicó también cómo llegaron a adquirir Castromil, «cuando la empresa pequeña compró a la grande». Y cómo se introdujeron en el mercado de Cataluña, donde están moviendo 12.000 viajeros al día solamente con el transporte entre el aeropuerto y la ciudad. Habló de sus proyectos nacionales, de cómo la empresa se abrió camino en Europa. Y volvió luego a Galicia para disertar sobre el cambio que dio el transporte público en la comunidad a cuenta del plan puesto en marcha por la Xunta. Dijo que hay cambios que le parecen fundamentales: «Que los chavales de menos de 21 años puedan viajar gratis, aunque haya un máximo de viajes, me parece algo muy positivo», manifestó.
Agradeció la sensibilidad de la Xunta con el sector del transporte, pero también pidió flexibilidad para poder trabajar: «Tenemos que ganar dinero para seguir creando puestos de trabajo y seguir con las empresas, por eso yo siempre voy a pedir cosas», le espetó al director xeral de Mobilidade. Contó que su empresa decidió presentarse al concurso de transporte que hizo la Xunta porque entendió que había que modernizarse y competir y dijo que el futuro de su sector en Galicia «pasa por la intermodalidad, por la que ya se está apostando, por la sostenibilidad y por la digitalización».
Luego, con pasión y vehemencia, reivindicó que el autobús es el medio de transporte más seguro y menos contaminante. Y señaló que las calles se ven mucho más invadidas por los vehículos privados que por el transporte público. Terminó su alocución ofreciéndose a responder a las preguntas e «incluso a los reproches» que le quisiesen hacer. Un aplauso le sucedió.