El lamento de una enfermera desde Pontevedra: «Va a llegar un día en que como no nos cuiden no vamos a poder cuidar»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Emma Rodríguez Corte, enfermera de urgencias y secretaria provincial del sindicato Satse
Emma Rodríguez Corte, enfermera de urgencias y secretaria provincial del sindicato Satse RAMON LEIRO

Secretaria provincial de Satse y enfermera de urgencias, Emma Rodríguez denuncia problemas para disfrutar de días pendientes por falta de sustitutos

16 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Más síndrome del profesional quemado, estrés, ansiedad y otros problemas físicos y psicológicos tras un año de pandemia. Son las conclusiones de una macroencuesta realizada en febrero a 11.645 enfermeros de España por el sindicato Satse. Emma Rodríguez Corte (Pola de Laviana-Asturias, 1977) es enfermera de urgencias del Sergas y delegada provincial de Satse.

-Siete de cada diez enfermeros sufren el síndrome del profesional quemado y nueve de cada diez se sienten estresados. ¿Le sorprende el resultado?

-No sorprende para nada. De hecho, la gente sigue trabajando en esas condiciones y lo hemos pasado realmente mal. Hay que pensar que somos trabajadores mayoritariamente a turnos y eso es duro. A eso se suma que estamos trabajando con pacientes infecto contagiosos y que hay un riesgo. A los profesionales lo que más les asustaba no era contagiarse, sino enfermar nosotros y llevárnoslo para nuestra casa, como ha sucedido. El trato que estuvimos recibiendo no fue el mejor.

-Pero esa falta de protección inicial, ¿se solventó después o no?

-De todos es sabido los problemas que hemos tenido respecto a la protección, bien por desconocimiento, bien porque no había. Pero hubo que pelear para que nos dieran medios. Además se han hecho muchas más horas de las habituales, hemos tenido que reforzar nosotros mismos nuestras plantillas. Ha habido gente que ha trabajado más de cien horas anuales a mayores. Hemos tenido que reforzar noches, festivos, mañanas, tardes... No nos da el corazón para dejar a nuestras compañeras en inferioridad y cuando eso pasaba eso también provoca estrés. Ver que no puedes atender a la gente como quieres y realizar tu trabajo es muy duro. Si ya no estábamos bien, ahora estamos mucho peor.

-Entre los síntomas físicos la encuesta cita tensión muscular, alteraciones del sueño y del apetito o problemas sexuales. Y entre los psicológicos, nerviosismo, ansiedad, temor, angustia, irritabilidad, dificultades de concentración... ¿Lo ve a pie de cama en el hospital?

-Sí, claro. Es charla habitual el ‘no duermo nada bien'. No solo es eso, la gente está irritable, se molesta con nada, hay problemas para concentrarte, lagunas de memoria a corto plazo. Todos son síntomas de estrés.

-¿Cómo está el disfrute de los días de libre disposición y de los llamados días covid?

-Tenemos dos vertientes. Hasta el 31 de marzo podemos coger los días de libre disposición que no se han podido disfrutar el año pasado por la carga de trabajo. Son seis en total, deberían ser nueve, pero con la crisis nos quitaron tres. Aparte está lo que se pidió en mesa sectorial, que se diera a todo el personal que trabajó con pacientes covid una compensación que son tres días más. ¿Qué pasa? Los seis LD se están intentando dar, pero hay muchos problemas. Lo que te dice el Sergas es que no te los puede dar a no ser que tengas sustituto, y sustitutos no hay, con lo cual van a tener que ampliar el plazo. Con respecto a los días covid tenemos muchísimos problemas para que nos los concedan. Se han puesto tantas características que hay que cumplir cosas casi imposibles para que te los den. Y la gente está muy enfadada con eso, después de todo el esfuerzo, de haberse ido gente de su casa y ahora me tratas así. El trato que está recibiendo la gente por parte de la Administración no es el que debería.

-¿Hay enfermeros que están recibiendo apoyo psicológico?

-Sí. No tengo datos concretos, pero hay trabajadores que sí están utilizando el recurso que se ha puesto a nuestra disposición, tanto por problemas de trabajo como personales. Esto ha derivado en problemas personales serios, depresiones, irritabilidad por estados de ansiedad, y en problemas de pareja. Ha habido parejas que se han perdido como consecuencia de todo esto.

-Estamos en una desescalada gradual. ¿Teme una cuarta ola?

-Ya hemos pasado por tres olas. Llega un momento en que miramos a los responsables que abren para salvar no sé qué fechas señaladas y nos preguntamos quién nos va a salvar a nosotros. Va a llegar un momento en que como no nos cuiden no vamos a poder cuidar al resto. No estamos pudiendo atender bien a la gente, no podemos más. Pero esto lo llevamos diciendo desde la segunda ola. No nos dio tiempo de recuperarnos y vino una tercera ola que fue terrorífica. No sé cómo vamos a llegar al final. Es nuestro trabajo, lo hemos elegido, pero no podemos seguir así indefinidamente. Lo que no sé, es cuando esto rompa, cómo vamos a hacer. Ya tenemos muchos trabajadores con el síndrome del profesional quemado y eso se traduce también en mucho absentismo laboral.