«Somos profesionales esenciales, no meros tramitadores de ayudas»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Antonio Doval, trabajador social sanitario en el centro de salud Virxe Peregrina de Pontevedra
Antonio Doval, trabajador social sanitario en el centro de salud Virxe Peregrina de Pontevedra CAPOTILLO

Los trabajadores sociales hacen un papel fundamental, más en pandemia

22 nov 2020 . Actualizado a las 19:56 h.

El personal sanitario afrontó en la primera ola del coronavirus una sobrecarga de trabajo que a nivel emocional muchos arrastran todavía hoy. En plena segunda ola la actividad sigue siendo intensa en hospitales y centros de salud. Pero hay otros profesionales que también han visto incrementada su labor, abriéndose incluso nuevos frentes. Son los trabajadores sociales, tanto los que tienen su puesto en ayuntamientos como los que ejercen en servicios comunitarios.

En el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés no había casi trabajadores sociales en atención primaria. En plena pandemia, Antonio Doval, que trabajaba en el Hospital Provincial, fue trasladado el 1 de abril al centro de salud Virxe Peregrina. Este profesional explica que en primaria es donde se puede hacer el seguimiento de los positivos, pero para ello hacen faltan recursos. «En el Virxe Peregrina hacía un año que no había trabajador social pese a abarcar una población de unas 35.000 personas, incluida la zona de Ponte Sampaio. En Lérez se cubrió y también en Caldas de Reis», cuenta, al tiempo que subraya que hay compañeros en los servicios sociales de ayuntamientos que están «desbordados».

Pero, ¿cuál es la labor de un trabajador social sanitario? Realizan un seguimiento de los pacientes positivos que están aislados en sus domicilios y también tramitan ayudas de dependencias o discapacidad. «La atención es fundamentalmente telefónica, aunque hay casos en los que no que queda otra que ir al domicilio para que te firmen los papeles y te autoricen como trabajador social a hacer la tramitación», explica Antonio Doval.

En su caso, en el Virxe Peregrina tienen unas noventa personas positivas en covid-19 en seguimiento. Ven situaciones muy complicadas, como la de una pareja joven con un bebé, los tres positivos, en una habitación alquilada. Hay también mucha población mayor que vive sola e inmigrantes a los que hay que garantizar la atención.

Ni conocida ni reconocida

Antonio Doval no duda cuando se le pregunta por su profesión. «Ni es conocida ni está reconocida, tanto en los concellos como en servicios comunitarios. Gracias a la pandemia, aunque sea duro decirlo, el trabajador social fue reconocido como un profesional esencial y no como meros tramitadores de ayudas», recalca. En el caso de los trabajadores sociales que desarrollan su labor en los centros de salud sí ven el apoyo de médicos, enfermeros y personal de servicios generales. «Ellos sí alaban nuestro trabajo». A veces dependen de Atención al Paciente o de Admisión, por ello, desde el Colexio Oficial de Traballo Social de Galicia, del que Doval es secretario, están peleando para que se les reconozca como trabajadores sociales sanitarios. «A ver si el ministerio lo ve así».

Antonio Doval hace hincapié en que además de la crisis económica que va a suponer el covid está también la crisis social. Ya no solo habla de gente mayor, sino del papel de los cuidadores principales. «El cierre en marzo de los centros de día hizo mucho daño. En muchos casos las cuidadoras principales son las mujeres de la familia y están desbordadas y a punto de sufrir el síndrome del cuidador quemado».

Este trabajador social alude a lo difícil que es para las personas más vulnerables entender la pandemia. «Si a nosotros nos cuesta, imagínate a la gente mayor o a personas con enfermedad mental o alguna discapacidad». De ahí que saber escuchar sea fundamental: «El mero hecho de llamar y preguntar qué tal están o si necesitan algo les ayuda y se nota».

El Colexio de Traballo Social solicita a la Xunta y a la Fegamp que refuercen con más recursos los servicios de ayuda a domicilio y de teleasistencia.

Más solicitudes de apoyo a domicilio y para el alquiler

  

En los ayuntamientos la actividad también es intensa en los servicios sociales municipales. Concellos como el de Vilaboa, que anunciaba el 13 de noviembre un refuerzo de este departamento con una línea telefónica directa para los usuarios. Desde el gobierno local apuntaban que la medida busca «axilizar a tramitación de axudas de emerxencia, que rexistrou un forte incremento nas últimas semanas». También se aludía a que a los usuarios habituales se sumó un nuevo perfil: el de las familias con escasa capacidad de ahorro que se vieron afectadas por los retrasos en los pagos de los ERTE. Las ayudas de emergencia son aquellas que permiten a las familias afrontar gastos básicos como el alquiler, el pago de recibos o la compra de alimentos.

En Caldas de Reis, más que cambiar el perfil del usuario, afirman que sí lo hicieron ciertas prestaciones. La trabajadora social Carmen Fernández explica que aumentaron las ayudas de alquiler y las solicitudes de ayuda a domicilio de gente mayor que vive sola o tiene hijos fuera. Se busca un apoyo para las tareas del hogar más pesadas o controlar que se toma correctamente la medicación. En el caso de los alquileres, ahora las dificultades para llegar a fin de mes son mayores. «La mayoría es gente que está en ERTE o que siempre tuvo trabajos precarios y ahora todavía más», relata.

Esta profesional señala que durante el confinamiento se dio desde el servicio apoyo logístico a personas positivas en covid o que estaban en cuarentena. Se hacían llamadas semanales y en algún caso visitas a sus viviendas. La ayuda a domicilio extraordinaria termina el próximo 30 de noviembre. En Caldas también recibieron muchas consultas sobre el ingreso mínimo vital, que el Concello no tramita directamente, pero sí informa; y también solicitudes de la tarjeta monedero de la Xunta, una tarjeta prepago para alimentos, medicamentos y útiles de primera necesidad como productos de droguería. Se gestiona a través de la historia social única electrónica.