En el núcleo de la pandemia

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

PONTEVEDRA

cedida

La diseñadora gráfica Vanesa Álvarez y el poeta Marcos de la Fuente, organizadores del Festival Kerouac, viven el confinamiento en Nueva York, trabajando en proyectos mientras esperan su primer hijo

06 may 2020 . Actualizado a las 09:33 h.

Hace ya cinco años, Vanesa Álvarez y Marcos de la Fuente apostaron por llevar a Nueva York una versión exportable del Festival de Poesía Kerouac que pusieron en marcha en Vigo hace una década. El certamen creció no solo en importancia en la ciudad, sino que ensanchó fronteras llegando incluso hasta México, aunque manteniendo la edición viguesa.

Lo que cambió fue que hace un año, ellos terminaron yéndose a la Gran Manzana a vivir una inmersión más intensa de la experiencia americana, y allí estaban, y están, en el foco de la pandemia en Estados Unidos, con casi 20.000 fallecidos y más de 300.000 casos confirmados de coronavirus a día de ayer.

La pareja viguesa, que espera un hijo que aún no saben dónde nacerá porque no tienen claro cuándo podrán volver, trata de mantener la calma. Marcos cuenta que está siendo «muy productivo, con nuevos eventos de poesía online», y Vanesa confiesa que no es su caso: «La verdad es que me está costando más pintar y crear en general. Todo está tan confuso que no he sido capaz de centrarme».

Ambos están muy pendientes de lo que pasa en España y como aquí, la vida confinada es parecida: «vamos al supermercado y a la lavandería, damos un paseo por el barrio en días alternos. Vivimos en Williamsburg, que es una zona muy hípster, por lo que se ve todo bastante relajado. Los parques están llenos de gente haciendo running o pícnics en la hierba con el buen tiempo», indica Marcos. Por suerte para ellos, lo que pasa en Queens o en Harlem, que es donde están los índices más altos de contagios, lo ven en las noticias. Al sur de Williamsburg, en Brooklyn, donde residen, está la zona donde viven los judíos ultraortodoxos. «Allí es una locura, no han tomado ninguna medida de protección hasta hace poco y hay muchísimos infectados por el virus. No ven la tele ni leen el periódico, no tienen información, es solo lo que les dice su rabino. El alcalde de Nueva York tuvo que hacer un llamamiento a los principales rabinos para que se lo tomaran en serio», cuenta Vanesa.

Sin embargo, se sienten afortunados: «Amigos que viven en el Bronx o en Queens nos dicen que es terrible, que no pueden dormir por las ambulancias, que sus vecinos caen enfermos, que están desabastecidos. Es un horror», asegura añadiendo que la sensación de aislamiento es «tremenda» en una ciudad tan grande. De todas formas, lo que más han notado es la incertidumbre frente al futuro, sobre todo en lo económico. «Tenemos muchos amigos poetas y artistas que aún no saben cómo van a pagar el alquiler el próximo mes», admiten.

Ellos tuvieron que aplazar el Festival de Poesía Kerouac New York (aunque aún hay opciones de que se realice en julio) y todos los eventos de arte y poesía que estaban realizando. Algunos, como Se Buscan Poetas o This is Poesía, los siguen haciendo en live streaming. «Si ya era difícil vivir en Nueva York, ahora es titánico, pero nos resistimos a renunciar a nuestro sueño», reconocen.