El artista británico ofreció más de dos horas y media de concierto ininterrumpido, en un espectáculo a piano que conquistó a los miles de personas que abarrotaron la plaza de toros de Pontevedra
09 jul 2019 . Actualizado a las 14:12 h.Los vientos del 99 venían cargados de cambios. Han pasado veinte veranos desde que Lores se hizo por primera vez con la alcaldía de Pontevedra; o de la visita de José Saramago, cuando el premio Nobel portugués fue el encargado de abrir en la ciudad la Semana Gallega de Filosofía. Mientras tanto, Elton John (Inglaterra, 1947) tenía sus propias preocupaciones. La estrella británica se vería obligada a aplazar el concierto que tenía previsto para el 14 de julio en la ciudad del Lérez por graves problemas de salud. Ya era conocida su necesidad de llevar marcapasos a consecuencia de una dolencia cardiaca, pero nada logró impedir que, una vez recuperado, retomara sus compromisos profesionales. Llegó a la capital de provincia con los últimos compases del verano. Un viernes, 3 de septiembre, el músico apareció en una plaza de toros abarrotada para ofrecer el que sería su único concierto en España.
En el marco de las actividades organizadas para el Xacobeo 99 -al que la Xunta había dedicado 4.600 millones de pesetas-, el concierto de Elton John en Pontevedra era una de las citas más esperadas del año, junto con la visita de los Rolling Stones a Santiago de Compostela. La Voz de Galicia tituló el evento «Y... al final hubo ‘‘candela’’», en referencia al tema más esperado del artista británico, «Candle in the wind», el broche final de un concierto de casi tres horas. Se hizo esperar, pero finalmente ocurrió en el segundo encore (interpretación adicional); la canción número veintiséis, la guinda que ansiaba un público tan entregado como insaciable. Y lo hizo con unos versos dedicados a Norma Jean -Marilyn Monroe-, y no a la Lady Di de una versión -la de 1997, la más popularizada- que había prometido enterrar en su más profunda intimidad. Así, sus palabras de despedida fueron para la mujer que había inspirado la letra original de 1973. Pero, aunque no pronunció su nombre, Diana de Gales sí estuvo presente en las imágenes de las pantallas instaladas junto al escenario.
Arropado por su habitual piano de cola en una velada intimista y «mágica», como recogía La Voz, Elton John ofreció un repaso de sus grandes éxitos y demostró encontrarse en plena forma a pesar de las circunstancias. O así lo estaba a ojos de los fans. Uno de ellos declaraba con entusiasmo a Radio Voz haberlo visto «totalmente rehabilitado», en un concierto en el que estuvo totalmente involucrado con el público. Así lo corroboran algunas de las personalidades públicas de la ciudad que se dejaron ver por el coso de San Roque aquella noche. Gerardo Lorenzo, que de aquella era el presidente del Pontevedra C. F., lo recuerda como un concierto magnífico que superó todas las expectativas. Para Lorenzo, una de las claves fue el propio lugar donde se celebró la actuación, «en un recinto cerrado y circular, donde la acústica era fantástica», describe. Está claro que para el público pasaron inadvertidos sus problemas de corazón, ya que pudieron disfrutar de un Elton John «en su mejor momento», recuerda el expresidente granate. También estuvo allí el entonces -y actual- alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, que hoy lo califica de «impresionante, incluso se me hizo corto».
El entonces conselleiro de Xustiza, Xesús Palmou (PP), estaba en el punto de mira. Su lado fan pudo disfrutar de un espectáculo inolvidable, evento que probablemente le ayudó a evadirse de los tiempos convulsos que atravesaba su partido en aquella época. En el PP estaban preparando su congreso de octubre, tras la dimisión del secretario general, Xosé Cuiña. «Eu non teño nada que adiantar», declaraba Palmou a este medio, «é o presidente quen sabe quen van ser as persoas que van ocupar os novos cargos». Al día siguiente, y sin esperar al congreso del PP gallego, se publicaría la crónica de un nombramiento anunciado. Palmou, número dos de Fraga.