Ence: las otras batallas

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Se pugna por ganar el relato, las calles y los contenciosos judiciales

14 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Llevamos un mes con el tema Ence colocado en cabecera de la actualidad, no solo local sino también gallega, al tiempo que marca el paso a la campaña electoral continua que vivimos merced al solape de los comicios generales y municipales. El asunto no presenta señales de agotamiento. Al contrario: se retroalimenta. Y además, como ya escribí recientemente en esta misma contraportada, sigue resultando muy poliédrico. Ofrece más facetas. En esta semana hemos comprobado que -como en otros conflictos- se libran confrontaciones paralelas: la batalla por el relato y la batalla por la calle. Sin que se puedan disociar.

La plantilla de la pastera, los sindicatos que les apoyan así como auxiliares, madereros y demás entorno de intereses que genera Ence se imponen por goleada en el terreno de las movilizaciones. En la batalla por el relato hay más igualdad. El conflicto se ha enroscado al cuello de la campaña electoral y en el argumentario de los candidatos. Enseguida comentaré lo del viernes noche. Antes urge completar el enfoque inicial: no se puede ni debe olvidar que estamos ante un contencioso jurídico que por tanto se resolverá en sede judicial. En esta vertiente también acabamos de tener una novedad de muchísimo relieve: la Audiencia Nacional, pese a que el Gobierno de España no vaya a defender la prórroga otorgada al ordenar el allanamiento de la Abogacía del Estado, ha decidido escuchar los alegatos tanto de la empresa pastera como de sus trabajadores aceptando el personamiento solicitado.

Lo vivido el jueves tarde en Pontevedra fue rotundo. La caravana de camiones de transportistas de madera y la de vehículos de menor tonelaje integrada por empresas auxiliares colapsaron el tráfico en esta ciudad durante el tiempo que duró la movilización. Miles de conductores se vieron atrapados por el tráfico lento y las retenciones que ocasionaron tanto en la circunvalación de la ciudad a través de la autopista, como dentro del propio casco urbano.

Los trabajadores ganan la calle

Fue una muestra de poder de convocatoria inapelable por mucho que el Concello o la Subdelegación del Gobierno pretendieran impedirla, primeramente, y luego tolerarla pero relativizando su trascendencia; incluso achacándola a la innegable influencia de la empresa. Mientras el BNG, PSOE y APDR no han movido ficha, los trabajadores de Ence se multiplican ante diversas instituciones. Cómo se vivió extramuros del Parlamento gallego o en el pleno municipal de Cerdedo-Cotobade. Mientras dentro se desarrollaban intensos debates, puertas afuera las movilizaciones de trabajadores de Ence acentuaban la presión, pues no hay otra finalidad en la batalla por la calle. Incluso forzando un traslado de pleno en la Diputación que tan mal sentó al gobierno coaligado PSOE-BNG. En cambio me extrañó que los trabajadores dejasen pasar el último pleno del actual mandato municipal de Pontevedra. Alegaron problemas de logística (¿?)…

La importancia electoral es tal que fue el tema central para la mayoría de los oradores de los mítines del viernes noche. PP y BNG rivalizaron a distancia y a la misma hora, desde el auditorio de Afundación y Teatro Principal respectivamente. Ana Pontón, Miguel Fernández Lores y Carme da Silva arremetieron contra el Partido Popular al que identifican como «el testaferro de Ence» apelando a que sacar la fábrica supondrá «una victoria para el Concello, la población y para la ría».

Rajoy hizo un idem

Las antípodas del mitin del PP donde Rafa Domínguez y aún más Alberto Núñez Feijoo se fajaron a reivindicar el «enorme impacto beneficioso de Ence en la economía pontevedresa y gallega» blandiendo los números que mueve en empleos, facturación y logística. Nadie se salió del guion, salvo… Mariano Rajoy. En su primera reaparición pública en un mitin, desde la moción de censura, y pese a estar en Pontevedra, el expresidente hizo un «rajoy». Ni alusión ni contestación a Pedro Sánchez y su decisión de contravenir la prórroga otorgada a Ence. Aunque se haya puesto en duda la legalidad de la decisión que el gobierno en funciones que él presidía adoptó en enero del 2016.

Años de pleito judicial

Lo que Rajoy evitó explicar y Sánchez ha decidido que no defienda la Abogacía del Estado, tendrá que ser mantenido solo por Ence y sus trabajadores en las sedes judiciales hasta donde llegue el contencioso. Empresa y plantilla se han quedado sin el amparo jurídico del Gobierno. Salvo que un nuevo inquilino en La Moncloa motivase un nuevo cambio de criterio, pero haría falta un tercer dictamen jurídico de la Abogacía del Estado que parece improbable.

A cambio, Ence y sus trabajadores han conseguido que se les reconozca capacidad para personarse jurídicamente. La Audiencia Nacional así lo acaba de comunicar en una decisión de gran importancia que les permitirá contraponer sus argumentos frente a los que presenten Concello de Pontevedra, la APDR y Greenpeace, promotores de las demandas contra la prórroga.

Tardará tiempo en saberse el desenlace. Hasta seis años podría demorarse un fallo definitivo pues las partes agotarán la secuencia de recursos. De modo que tras la Audiencia Nacional, acudirán al Tribunal Supremo y al Constitucional. De modo que el asunto, con todas sus facetas, se seguirá entreverando también en próximas citas electorales.