El Teucro no se sacude el meigallo

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Iván Fernández es el último en unirse a una lista con siete lesionados

27 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Teucro está maldito. Parece que lo suyo con las lesiones tiene que buscar una respuesta en lo paranormal, no se sacuden el meigallo. El 50 % de su plantilla está de baja o con molestias que no le permiten rendir al máximo. El último en caer ha sido Iván Fernández, que en los últimos minutos del entrenamiento del viernes cayó mal y se hizo un esguince en la rodilla. Este es el pronóstico inicial, pero la situación puede empeorar y tener que pasar por el quirófano. Por el momento, Luis Montes tendrá que tachar una ficha más a la hora de organizar al equipo. Y ya son demasiados. Este viernes operarán del hombro a Facundo Cangiani. Pasa por el quirófano unos días después de que saliese Juan Quintás. Los dos se pierden lo que resta de temporada.

El preparado físico del Teucro, Toño Puga, asegura que lo que ocurre este año es inexplicable. «Siempre me he preocupado de hacer mucho trabajo de prevención y me funcionó muy bien, si fuesen lesiones vinculadas con ligamentos podría estar relacionado con la preparación, pero no es así, y lo peor es que son de larga duración», comenta. Nunca ha pasado tantas horas en el pabellón como este año. Hace trabajo individual con los lesionados, lo que le obliga a reajustarlo cada vez que hay imprevistos.

A las bajas de Iván, Cangiani y Quintas, el Teucro suma el complicado estado de José Rial y Andrés Moyano. El primero de ellos está esperando los resultados de la luxación de clavícula para determinar el tratamiento y los tiempos de su recuperación. «Unos días tiene dolor y otros, no», comenta Puga, que está más preocupado por Andrés Moyano. El jugador argentino sufre una rotura de menisco, pero están intentando mantenerlo hasta que en verano pueda pasar por el quirófano. Ante el aluvión de bajas del equipo, tuvo que entrar en el partido el pasado sábado con el riesgo que eso supone. Por si Luis Montes tenía que recurrir a él, Toño Puga lo puso en la bicicleta estática para fortalecer la rodilla mientras sus compañeros jugaban contra el Anaitasuna. Ya lo decía Montes hace unos días: «Nunca pensé que pudiese ser peor que el año pasado, pero esto es insuperable».

Lejos de mejorar, la situación empeora cuando era más importante tener efectivos. A una plantilla demasiado corta y muy joven, la lesiones golpean con especial fuerza. Hasta cinco jugadores del equipo de Primera Nacional coincidían en la pista en el último encuentro. Con pocas piezas para montar el puzle, Montes perdió a Gehrhardt, que finalmente solo tiene un hematoma en el metatarso y podrá estar en León. Hasta el juvenil Diego Prada, al que hubo que recurrir por falta de rotaciones, tenía molestias en el tobillo. Si no fuera por la incorporación de Póveda, Piovarzcki y Bela, el cuerpo técnico tendría serios problemas para componer un siete competitivo, al contar solo con la mitad de los jugadores.