Afectados por silicosis denuncian despidos para evitar traslados

Cristina Barral Diéguez
cristina barral POTNEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMÓN LEIRO

Afirman que hay empresas que echan al trabajador en lugar de cambiarlo de puesto

10 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la provincia de Pontevedra se comunicaron oficialmente a la Seguridad Social 17 partes de enfermedad profesional por silicosis en el 2015. Se trata de una enfermedad crónica del aparato respiratorio, frecuente en su día entre los mineros y los canteros, producida por la inhalación de polvo del mineral sílice. De los 74 expedientes abiertos en Galicia, el mayor número correspondió en ese año a la provincia de Ourense con 43. Tras Pontevedra, figuran A Coruña, con 9, y Lugo, con 5. Aunque las cifras pueden parecer no muy altas, Osilice, la Asociación Gallega de Afectados por Silicosis -creada en el 2013 en O Porriño- tiene en la actualidad 223 socios entre los tres grados que presenta la enfermedad.

Su presidente, Hernando Freiría, afectado en tercer grado y que se sometió a un trasplante de los dos pulmones, cuenta que la media de edad de los asociados es de 50 años, aunque también hay miembros con poco más de 30 años y un diagnóstico de silicosis en primer grado. La mayoría de sus socios son de la provincia de Pontevedra, pero también hay de Ourense y A Coruña. Lo que reclaman a las Administraciones públicas es una mayor cobertura para los afectados de primer y segundo grado, ya que en tercer grado la incapacidad permanente total y por tanto la jubilación no se discute.

«En primer y segundo grado, si no hay una enfermedad añadida, como por ejemplo una tuberculosis, no te jubilan. A lo máximo que puedes aspirar es a una incapacidad del 55 o el 60 %», explica el presidente. Desde la asociación subrayan que la silicosis no desaparece y que, por tanto, aquellos trabajadores que están expuestos al polvo de sílice tienen que tomar unas precauciones, como trabajar con una mascarilla buena de filtros.

Legalmente, las empresas están obligadas a trasladar al operario con silicosis de primer grado diagnosticada a otro puesto de trabajo. Una circunstancia que muchas veces no se cumple, según denuncia Osilice. «Las empresas lo que hacen es lavarse las manos, se agarran al informe de la mutua y lo que hacen es despedir al trabajador en lugar de recolocarlo en otro puesto de la empresa donde no esté expuesto al polvo», asegura Freiría. La asociación tiene varios pleitos judiciales por este proceder y ya ha enviado una carta al secretario de Trabajo del ministerio exigiendo una alternativa que no perjudique al trabajador enfermo.

Pequeña paga

Otra demanda del colectivo es que los operarios con silicosis en primer grado tengan derecho a una pequeña paga del Estado que se suspendería en el momento en que encuentren otro trabajo. Desde Osilice se subraya que, lejos de desaparecer con la minería, siguen apareciendo casos de silicosis porque otros sectores profesionales exponen al trabajador al mismo riesgo. Por ello, ofrecen a sus asociados la posibilidad de acceder a una segunda opinión médica en un hospital de Oviedo, centro de referencia nacional en silicosis.