El delantero vigués, que se hacía con la titularidad ante el Vilalbés, ya es cuarto en la lista de pichichis y sus goles han reportado 16 puntos al equipo
20 feb 2015 . Actualizado a las 10:24 h.Contar con un delantero centro como Pablo Carnero puede ser la diferencia entre ascender de categoría o no hacerlo a final de temporada. El ariete vigués es el auténtico referente del equipo en la faceta realizadora y la gran pesadilla para defensas, porteros y técnicos rivales.
El granate, que empezó el curso lesionado, se hizo acreedor de la titularidad hace ahora una vuelta completa. Formó en su primer once en la jornada 7 precisamente ante el Racing Vilalbés y hoy por hoy es un fijo en las alineaciones, una vez que ha sido utilizado por los tres técnicos del club durante el presente curso (Manu Fernández, Milo Abelleira y Luisito).
En las últimas semanas atraviesa un momento dulce y suyo fue el único que gol que decantó el derbi ante el Sanxenxo a favor del Pontevedra. Golazo de tijera en el aire y tres puntos de oro para el casillero del líder. Gracias a ese tanto, suma a estas alturas de liga 11 dianas en 21 partidos, lo que le sitúa en la cuarta posición en la carrera por el pichichi, aunque es el tercero con mejor promedio (0,52 goles por encuentro).
Pero quizás lo más importante de su labor sobre el césped es que se ha acostumbrado a marcar goles decisivos. Los últimos seis que ha firmado -con dos dobletes incluidos ante Ribadumia y Alondras- han servido para obtener 10 puntos clave en la posición que ocupa el equipo, ya que el colchón con respecto al segundo de la tabla es solo de ocho.
Técnicamente su concurso se traduce a números en cinco victorias y un empate. Esos son los encuentros que ha enderezado o solventado este curso. Sanxenxo, Ribadumia, Alondras, Rápido de Bouzas, Choco y Areas hubiesen sumado más puntos si no fuese porque Carnero demuestra que tiene calidad de sobra como para jugar en una categoría superior.
Fútbol de muchos quilates
Gran parte de los mejores goles granates de este año llevan la rúbrica de Carnero. En la retina de los aficionados del Pontevedra sigue vivo el remate de chilena que establecía el definitivo 2-4, de vaselina, ante el Celta en Pasarón, durante el Trofeo Luis Otero de este año. Ese gesto técnico fue ovacionado por propios y extraños y coleccionó felicitaciones durante días.
Sin embargo, Carnero es, además de un un rematador a puerta nato -todos sus goles han sido en jugada, ya que no tira penaltis, como ocurre con otros grandes goleadores de la categoría- un futbolista de equipo. Su trabajo para fijar las defensas rivales, la creación de espacios, los pases de gol a sus compañeros, la entrega física y las opciones de segunda jugada que genera le hacen ser objeto de deseo de todos los clubes de la liga que se enfrentan al Pontevedra.
Presume de tener la tercera mejor media anotadora (0,52 por partido), en los 21 que ha disputado
A diferencia de otros artilleros, el granate no ha marcado ni un solo gol desde el punto de penalti