La Xunta insta a Costas a que sea más flexible con los núcleos del litoral

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El núcleo marinense de Loira es uno de los que está pendiente de rebajar toda la línea.
El núcleo marinense de Loira es uno de los que está pendiente de rebajar toda la línea. CAPOTILLO< / span>

Pide que se deje obra nueva en los lugares donde se baje la línea de protección

28 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La Xunta entiende que el reglamento que desarrolla la Ley de Costas no ha tenido en cuenta algunas de las características que diferencian el litoral gallego con respecto al resto de España. Se trata de algunos escollos que la Secretaría Xeral de Urbanismo, entre otras cuestiones, piensa que pueden incluso ser perjudiciales para el patrimonio cultural gallego. Esta situación ha llevado al departamento autonómico a solicitar al Estado una mayor flexibilidad urbanística en los núcleos donde se pueda aplicar en el futuro la rebaja de la franja de protección, una medida que tiene repercusiones importantes para las Rías Baixas.

Hay seis concellos del área pontevedresa que están especialmente pendientes del texto definitivo del reglamento por sus consecuencias relevantes a la hora de regularizar la situación de más de 30 núcleos. Los concellos aspiran a que Costas admita en estos lugares una reducción de la línea de protección de los cien a los veinte metros.

Costas abrió la puerta, con la nueva Ley, y también lo refleja en el reglamento, a que se puedan realizar «obras complementarias e instalaciones accesorias respecto a las edificaciones preexistentes» al año 1988 y siempre que se cumpla la normativa urbanística en vigor. Es decir, da la impresión de que se acabaron los problemas que hasta el momento afrontaban los vecinos si querían adecentar una buhardilla, transformar una cuadra en una habitación o ampliar un baño para ponerle una ducha. Todas estas actuaciones estaban prohibidas hasta ahora y a partir de la nueva Ley los afectados podrían intentar tramitar los permisos para poder ejecutarlas o legalizarlas.

Por su parte y hasta esta reforma legal, cuando se rebajaba una línea de protección de los cien a veinte metros, ese ámbito pasaba a ser regulado por una ordenanza de los planeamientos municipales o de la normativa autonómica. Costas no tenía nada que decir en estos casos una vez que daba su visto bueno a la rebaja de la franja, quedando su urbanismo en manos de los concellos y la Xunta. Sin embargo, para las futuras rebajas de la línea, el reglamento propuesto ahora por Costas implica que se prohibirá en futuros núcleos con línea rebajada la ejecución de nuevas obras.

En su informe, la Xunta indica que «este no es el régimen ordinario que se aplica a los ámbitos para los que se acepta la reducción de servidumbre». Es más, advierte de que en un mismo núcleo con la línea rebajada, se podrán dar casos en que se aplique una norma urbanística flexible a una parte y en otra no, un criterio que Urbanismo no comparte.