El «multamóvil» afila los dientes

Eugenio Giráldez
EUGENIO GIRáLDEZ PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Unos 500 vecinos tomaron parte en la manifestación anticrematorios del pasado viernes.
Unos 500 vecinos tomaron parte en la manifestación anticrematorios del pasado viernes. ramón leiro< / span>

Cuando empiece a funcionar a pleno rendimiento, sabremos si el gobierno municipal va de «farol» o no al sostener que solo es un elemento disuasorio de control del tráfico

16 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Un Toyota Aygo blanco que será rotulado con los colores corporativos de la Policía Municipal, con unas visibles cámaras en el techo, y por tanto muy fácil de identificar, es el famoso «multamóvil» que ya circula -en pruebas- por las calles de Pontevedra. De modo inminente, el vehículo de vigilancia comenzará a operar a pleno rendimiento y entonces será la prueba del algodón. ¿Solo circulará con carácter disuasorio?

La versión oficial del gabinete se basa en edulcorar el pretendido interés punitivo de tal incorporación hasta el extremo de maquillar el nombre del vehículo, al que prefieren denominar «ollomobil». O, como ya comentamos la semana pasada, incluso utilizando a Ravachol para trasladar ese mensaje, imbuido de un buenismo bastante distante de la troula carnavalesca.

De entrada, cuesta mucho creer que el Concello se haya gastado 53.000 euros en el coche para que solo sea sacado en modo paseo con el único propósito de asustar. Para esos menesteres ya están los propios agentes municipales, con los que se puede hablar y argumentar el motivo de una parada en una zona de aparcamiento restringido. Yo prefiero el factor humano. El agente te ve a los ojos y ya sabe de qué vas. Tiene cientos horas de vuelo para diferenciar entre un nerviosismo sincero y una mala excusa impostada. En suma es humano y tiene alma. Por el contrario, el vehículo adquirido por el Ayuntamiento es un engendro programado para sacar cientos de fotos a los vehículos aparcados. Es como una ametralladora. Ni siente ni conoce.

La comparación en números ilustra el salto cualitativo y también cuantitativo que puede dar la capacidad sancionadora del Concello: la Policía Municipal de Pontevedra impuso una media de 40 multas diarias por infracciones en aparcamientos en el 2012. El visual car, denominación más anglófila que utilizan en Vigo, donde el vehículo en cuestión opera desde hace una década, ha llegado a generar más de 100 multas diarias.

¿Va a tener razón Moreira cuando vaticinó que el «multamóvil» viene a abrasar a los conductores de la capital para saciar el apetito recaudador del Concello? ¿Será un troyano para alimentar las arcas municipales, que suplirán por esa vía la pérdida de otros ingresos? El tiempo dará y quitará razones.

crematorios

La herida de un cero menos. El movimiento de protesta contra la instalación de crematorios en Pontevedra se desinfla. Para ser exactos, habría que decir que ahora se focaliza contra el que promueve Funespaña, y que se beneficiaría de la nueva normativa municipal que ampara su proyecto en San Mauro, en una parcela adecuada y en la distancia requerida por el Concello, a 50 metros y no los 500 que exigen quienes protestan. Ese cero de menos es la raíz que mantiene ese ámbito de protesta, pese a que Louro nos sorprendiese al decir que nada sabe de Mapfre y Funespaña desde hace meses.

Precisamente, la aminoración de proyectos (llegaron a ser hasta cinco en su cénit) ha rebajado la tensión ciudadana que durante el 2012 alcanzó cotas de alarma social. Una participación de 500 vecinos en la manifestación de anteanoche evidencia que se han reducido aquellos niveles.

Pero eso no implica que se trate de un asunto zanjado. No está arreglado ni resuelto. La modificación puntual del PXOM que elaboraron los técnicos municipales y auspició políticamente el teniente alcalde y concejal de Urbanismo, está pendiente de la resolución de cientos de alegaciones y, sobre todo, de la última palabra que tiene la Xunta.

Louro apela reiteradamente a que sea la administración tutelar de esta materia la que se moje, pues será el Gobierno de Feijóo quien tendrá que visar o rechazar la solución pontevedresa. La presencia de Moreira y otros concejales del PP junto a quienes se manifestaron el viernes noche debería traducirse, asimismo, en una acción conjunta ante la Xunta para motivar una legislación clara sobre crematorios y cementerios que hoy en día es parca y fomenta líos como este que tenemos en Pontevedra.

recuerdo

Adiós a Manolo «Queimadas».Solo unos días después de concluir una nueva edición del Entroido, nos ha dejado Manuel Rodríguez Pousada. ¿Casualidad? Una semblanza de Manolo requiere reivindicar su papel decisivo en la recuperación del Carnaval en la calle. Supo alinearse con un movimiento social que propiciaron Pepe Gónzalez y Los Shivaritas, junto con otros grupos y particulares que crearon aquella comisión. Manolo conectó aquella reactivación del espíritu más sincero del Entroido -que él mismo disfrutaba como uno más- con la acción política y promocional que el Ayuntamiento decidió prestarles. Su paso por la concejalía de Cultura entre 1983 y 1987 ayudó en esa dirección. Después, el siguiente concejal de Cultura, José Manuel Brea Vaamonde, también ya desaparecido, coronó la rehabilitación ciudadana de la fiesta.

Pousada no fue un político al uso sino más bien un tipo singular. Buen conversador y amante de la buena mesa, conseguía en la distancia corta una transversalidad que le permitía salvar otras diferencias. No era un primer espada, sino un subalterno de lujo que se movía bien en el segundo nivel, sin llamar la atención.