El gobierno local pretende crear una zona de ocio en la futura parcela
17 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Se ha hecho esperar catorce años pero el edificio de A Piolla, en Raxó, está muy cerca de pasar a la historia. El equipo encargado de la obra de demolición de este esqueleto de hormigón y sinónimo de feísmo, comenzó su trabajo en la mañana de ayer frente a la atenta mirada de los vecinos de la zona.
El número 17 de la avenida da Toxa, situado en la PO-308, dejará de existir en, aproximadamente, un mes y medio. «Xa era hora de que o derrubaran. Foi declarado ilegal fai anos e nunca entendemos porque non se fixo antes. Non podía ser tan difícil», comenta una vecina de Raxó mientras pulula por la zona y observa el inicio de una obra que la Xunta sacó a concurso en junio del año pasado.
El conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, visitó el lugar acompañado de otros dirigentes políticos como la directora de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) o el alcalde de Poio, Luciano Sobral. El primero hizo saber que el derribo como tal se ejecutará en las próximas dos semanas, y las jornadas restantes se dedicarán a la limpieza y traslado de escombros. Así mismo, está previsto algún corte puntual en uno de los carriles de la PO-308 durante la obra.
«Sendo este terreo unha zona verde, o plan do goberno local é de crear nel unha zona de ocio para os veciños», puntualizó el alcalde poiense, en relación con el futuro de la parcela situada en pleno corazón de Raxó.
Los trabajos han comenzado allanando el terreno y creando una cuesta por la que pueda acceder la cizalla hidráulica acoplada a una retroexcavadora, que será la encargada del derrumbe en sí mismo. Posteriormente se procederá a diferentes limpiezas del terreno, junto a un proceso de hidrosiembra.