El veterinario que los atendió les explicó que seguramente hicieron lo mismo con parte de la camada. «Intentamos ver si había más en el agua, pero no encontramos nada», explica López, que es quien cuenta la historia mientras su novio trabaja. «Nos comentaron que pudieron haberse deshecho de ella porque son perros de caza y las hembras no valen», indica Tamara López, que diez días después de rescatarla aún se sorprende del apoyo de la ciudad por el impulso de salvar a Aria.