En septiembre del 2010, siete jóvenes agredieron a dos pontevedreses
08 sep 2012 . Actualizado a las 06:54 h.«El hecho de que el recurrente no esté de acuerdo con el relato de hechos probados de la resolución recurrida, no significa que la juzgadora de instancia haya errado al valorar la prueba practicada y fijar los mismos». Con esta premisa tan contundente, los magistrados de la Audiencia de Pontevedra han confirmado la condena impuesta a siete jóvenes, la mayoría de ellos sudamericanos, por la paliza que recibieron dos pontevedreses durante la celebración de la Feira Franca del 2010.
La agresión, según recoge la sentencia, se produjo en la madrugada del 5 de septiembre de aquel año en el botellódromo del recinto ferial. Los encausados «agredieron con una botella y propinaron varios golpes» a la primera de las víctimas, a la que le restan, a modo de secuelas, una cicatriz en la oreja izquierda y dos en la nuca.
Todo parece indicar que al observar lo que estaba ocurriendo, el segundo pontevedrés salió en auxilio de su amigo. Esta decisión fue respondida con una sucesión de golpes en la espalda y el rostro, una agresión en la que no participó Natán C.I.
Como consecuencia de estos hechos, este último fue condenado a abonar una multa de 360 euros como autor de una falta de lesiones, cantidad que se multiplica por dos en el caso de los seis restantes acusados -Deivy A.C.R., Gor G., Ricardo Ernesto F.P., Thalles Melo D.M., Sergio B.R. y Sergio Andrés O.O.-. Además, el montante global de las cantidades que se tendrán que abonar a los denunciantes a modo de indemnizaciones asciende a algo menos de mil euros.
Los magistrados de la Audiencia avalan estas penas y las conclusiones que se plasmaron en la resolución inicial, en la que se recoge que estas penas se basaron en la declaración de las dos víctimas y en la de una testigo presencial de lo ocurrido. «Tal valoración ha de ser, pues, respetada a no ser que contenga un manifiesto error, evidente y notorio, que se desprenda, sin ningún género de duda, del contraste de los distintos medios probatorios habidos en las actuaciones», entre otras cuestiones.
En cuanto al origen de la agresión, durante la vista oral trascendió que la novia de la primera de las víctimas le relató que unos jóvenes, entre los que había algún compañero de instituto, la estaba molestando. Instantes después el pontevedrés observó como el grupo rodeaba a su pareja y decidió intervenir.