Redescubrir el Moderno

Elena Larriba elena.larriba@lavoz.es

PONTEVEDRA

26 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los pontevedreses tuvieron ayer la oportunidad de rememorar la historia del Café Moderno, de redescubrir sus entrañas artísticas y culturales y de revivir el ambiente y el estilo de vida de la ciudad en los albores del siglo XX. La Fundación Caixa Galicia celebró así el décimo aniversario de la rehabilitación de su emblemática sede sociocultural de la plaza de San José, que lleva la firma del prestigioso arquitecto Álvaro Siza. Inaugurado oficialmente el 25 de octubre del 2000, por el Moderno han pasado en la última década más de 200.000 visitantes y participantes en un sinfín de actividades culturales, a los que hay que sumar el millar de asistentes a los actos programados para conmemorar la efemérides en esta pasada jornada.

El aniversario de la rehabilitación fue «unha homenaxe á historia do edificio», como explicó en Radio Voz Verónica Rego, responsable de la Fundación Caixa Galicia en Pontevedra. El inmueble fue construido en 1902 y un año después se instaló en la planta baja el primitivo café, que desde el primer momento se convirtió en punto de encuentro de la intelectualidad y escenario de las primeras proyecciones del cinematógrafo. Esa época del cine mudo se revivió ayer en el Moderno con la proyección de la película El maquinista de la General en el antiguo salón de variedades, que presiden los murales de Carlos Sobrino. Y se pudo ver como en los años veinte, ambientada con música de piano en vivo interpretada por Miguel Fontenla, aunque en pantallas de plasma de última generación.

Tras la sesión cinematográfica, los asistentes disfrutaron de una visita guiada por todos los rincones del edificio del Café Moderno, incluida la zona noble de la primera planta, que habitualmente no está abierta al público. Personal de la Fundación Caixa Galicia, con trajes de de época (1910) mostró a los visitantes los espacios fundamentales del inmueble, comenzando por el salón de las tertulias, hoy recuperado como cafetería, donde se reunían intelectuales como Castelao, Bóveda o Cabanillas. Pudieron ver el violín original de Manuel Quiroga y leer el poema dedicado a Marie Blanchard que Federico García Lorca escribió una tarde de 1932 en las mesas de mármol del Moderno. Habitaciones decoradas y jardín. En el recorrido por el Café Moderno, los visitantes se detuvieron bajo el lucernario que en la planta baja ilumina el mural O manancial da vida, que Laxeiro pintó en 1940. Esta pintura sobre pared estuvo muchos años escondida y el autor la reprodujo en 1973 en un óleo de grandes dimensiones, que también se conserva en el edificio. Ya en las en las plantas superiores, la visita permitió admirar las molduras, carpinterías, miradores, balcones y pinturas que adornan los techos y paredes de las estancias de la antigua vivienda de Bernardo Martínez Bautista, constructor y primer propietario del edificio. Estas estancias son conocidas como las Habitaciones decoradas, que la Fundación Caixa Galicia restauró conservando fielmente la ornamentación primitiva. El recorrido finalizó en el jardín interior del inmueble, ejemplo del estilo indiano de principios del siglo XX.

Un total de 450 escolares de distintos colegios de Pontevedra, repartidos en tres grupos, disfrutaron ayer conociendo la historia del Café Moderno en el décimo aniversario de su rehabilitación. La jornada de celebración culminó con una última visita para el público en general, en la que participaron representantes de asociaciones y entidades culturales que utilizan el Moderno para sus actividades, como es el Ateneo, la Asociación de Artistas y Escritores, Rutas del Románico, Club Belmar y Cine Club, entre otros.

El Castillo de Soutomaior también se convirtió ayer en escenario cinematográfico. Allí se ruedan distintas escenas de la serie Piratas, que está grabando Producciones Mandarina S.L. y que será emitida por Telecinco a partir de enero en horario de máxima audiencia. Se trata de una serie ambientada en el siglo XVIII que narra en ocho capítulos las aventuras de Álvaro Mondego, un noble venido a menos que se ve obligado por las circunstancias a convertirse en pirata. Es el prototipo de antihéroe, presentado como «canalla, descarado, embaucador y con una pasión desmedida por las mujeres». Está grabada en su mayor parte en escenarios naturales de Galicia, entre ellos Cascaxide, Trasfontao y Carboeiro (Silleda), Rubiáns (Vilagarcía), las playas de Ortigueira y Ponteceso (A Coruña). Óscar Jaenada, Pilar Rubio, Silvia Abascal, Luis Zahera, Xenia Tostado, Octavi Pujades y Miguel Ortiz, son algunos de los actores protagonistas y de reparto.