La dirección de Factoría Naval ha citado mañana lunes a los representantes del comité de empresa para explicarle de forma detallada el acuerdo alcanzado con los armadores daneses Esvagst para finalizar la construcción de los dos X-BOW, que frustraron el acuerdo a tres bandas que exigía la Xunta de Galicia para conceder el aval de 13 millones de euros del Igape y la capitalización de Xesgalicia por cuatro millones de euros.
Tras una larga y dura negociación, los empresarios nórdicos parece que han cedido en las exigencias del astillero para construir los citados barcos, tal y como informaba Juan Rózpide el pasado viernes al conselleiro de Industria, Javier Guerra.
Esta medida sorprendía el viernes a trabajadores y auxiliares, que calificaron la decisión como «trascendental» y «muy positiva». La plantilla está sumida desde el pasado jueves en un Expediente de Regulación de Empleo de 90 días.
Flecos
Aunque el astillero marinese tiene varios flecos que cerrar con Bancaja y con la ampliación de capital de 3,3 millones de euros, todo parece indicar que el concurso que cogió con el pie cambiado a los proveedores, puede tener marcha atrás y devolver a Factoría Naval una parte del esplendor que pretendía en el año 2007, cuando lo adquirió Pablo Comesaña y José María Suescun al grupo Ceferino Nogueira.