Con el paso del tiempo, los dos se incorporaron al negocio familiar de forma definitiva y ahora son los que lo llevan. Sebastián lo hizo sobre el año 92, después de estudiar Derecho, y su hermana, Beatriz, en el 97, tras haber cursado Relaciones Laborales.
En el año 2000 abrieron una nueva tienda, dedicada en exclusiva a alfombras, en la misma calle Santa Clara, casi enfrente del otro comercio, y en ella tienen también el taller de cortinas. «Nosotros -dice con orgullo Beatriz- confeccionamos y hacemos nosotros mismos las cortinas, no damos nada fuera, no generamos dinero negro. Tenemos una modista que lo hace».