Robben y Casillas salvan al Madrid

Amador Gómez

PONTEVEDRA

05 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un golazo de Robben y tres grandes paradas de Casillas salvaron al Real Madrid en un duelo directo por la Champions. Aunque parece que va camino de la recuperación, el equipo de Juande Ramos volvió a ofrecer una imagen preocupante, con dos caras muy diferentes ante un Villarreal que también cambió tras el descanso su conservadurismo del primer tiempo por una mentalidad atrevida que puso en peligro una victoria que era imprescindible para los blancos y que resultó muy costosa.

Los locales arrancaron con mucha fuerza, volcados sobre la portería del Villarreal, pero desperdiciaron sus primeras ocasiones y, ante el orden visitante, fue Robben el único que pudo romper la defensa castellonense con un golazo.

En un centro del campo en el que Gago impuso su autoridad, Lass, el Diarra II, otro trabajador medio de contención, también estuvo muy participativo. Juande, a la espera de un extremo que debería llegar, quiere aprovechar ambas bandas y Robben no sólo se movió por la derecha, sino también por la izquierda. El gran gol del holandés fue una muestra de su capacidad para, desde cerca de la cal derecha, irse perfilando hacia el centro con la zurda, hasta lanzar un zapatazo imparable para Diego López. Ya 20 minutos antes Robben había estrellado el balón en el larguero con otro zurzado desde fuera del área, y aunque Capdevila y Pires se multiplicaron en el primer tiempo para cerrarle, después fue imposible impedir que abriese el marcador con una genial jugada individual.

Con la entrada de Llorente por Nihat en el descanso, el Villarreal tenía que modificar su planteamiento y fue por fin más ambicioso en una segunda mitad en la que comenzaron a entrar en juego Cazorla y Pires, para conseguir encerrar durante muchos minutos a un Madrid que tuvo que volver a dar las gracias a Casillas, sobre todo por la mano izquierda que sacó a bocajarro ante un cabezazo de Rossi.

Acoso del Villarreal

En ese momento, cuando aún faltaban 20 minutos para el final, el Madrid había logrado sobreponerse algo al acoso que había impuesto el Villarreal. Ya sin Huntelaar, que como había adelantado Juande no estaba para jugar todo el partido, Raúl pasó a ser el único delantero, con Robben de nuevo en la derecha y Drenthe por la izquierda, pero desaparecieron las oportunidades de gol y apareció el miedo.

Defendiendo con muchos apuros su mínima ventaja, el Madrid no dejó de sufrir por la insistencia del Villarreal y por su indecisión las escasas veces que cruzó el medio campo. No querían arriesgar lo más mínimo los blancos, porque sabían que en cualquier jugada podía llegar un disgusto con la clase de Cazorla y el remate de Llorente. Por ello, los jugadores, Juande y los aficionados rezaron para que Mejuto pitase cuando antes el final, porque la tarde que tan bien había comenzado estuvo cerca de acabar de mala manera.