«Los roscones en Caldas se hacen bien, porque secreto no hay ninguno»

PONTEVEDRA

07 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Aunque está jubilado, Álvaro Montero sigue al pie del cañón echando una mano en la panadería Álvaro, ubicada en la calle Pedro Mateo Sagasta de Caldas de Reis. «Normalmente aquí está una chica, pero estos días está fuera», explica mientras atiende a sus clientes. Heredó el negocio familiar de sus padres y sus hijos harán lo propio.

-Caldas es tierra de roscones. ¿De dónde viene esa fama?

-Viene porque los roscones en Caldas se hacen bien hechos, porque secreto no hay ninguno.

-¿Se venden todo el año?

-Sí, pero fuera de fechas especiales como Semana Santa o verano, solo los hacemos los sábados. El normal es de un kilo, aunque pueden llegar a los dos. Los ingredientes son azúcar, manteca, huevo y harina. El proceso de elaboración puede durar seis horas o más, dependiendo del tiempo, porque si hace frío se tarda más.

-¿El roscón también sube como le pasó al pan?

-Claro, la subida de los cereales repercute en todo, no solo en el pan. El precio del roscón ahora es de 8 euros.

-¿Hay demanda de roscones?

-Bueno, regular, eso depende de las circunstancias económicas.

-Y usted, ¿le pega a este dulce?

-A mí me gusta mucho. El roscón es un postre rico, aunque desde que me diagnosticaron una diabetes no puedo pasarme. Como en todo, los excesos no son buenos.