Un guardia civil encubierto permitió el arresto de un supuesto pedófilo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

RAMÓN LEIRO

La Benemérita le intervino cientos de fotos y vídeos protagonizados por niños El acusado, de 64 años, se sentará este martes en el banquillo de la Audiencia

21 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?l pasado 18 de enero, la Guardia Civil detuvo en uno de los peajes de la AP-9 a un súbdito uruguayo que, minutos antes, acababa de aterrizar en Peinador procedente de su domicilio estadounidense de Washington. Se le acusó de distribuir a través de Internet cientos de fotografías y vídeos de carácter pornográfico y protagonizados por niños. El imputado, tal y como afirma el fiscal de este caso, llegó a enviar imágenes «de bebés sin especiales connotaciones sexuales», así como otras de contenido pornográfico sobre las que no se puede afirmar que figuren menores. Lo más dramático de este caso es que los hechos que se le imputan a Pablo Antonio J.R.S., de 64 años, los habría consumado en apenas cuatro meses, los que van de octubre del año pasado a enero del 2006, si bien los investigadores tienen el convencimiento de que, desde su casa en la capital estadounidense, «se ha venido dedicando de manera continuada y, al menos, desde el año 2001 al intercambio con otras personas de archivos informáticos conteniendo» este tipo de imágenes delictivas. La Audiencia Provincial de Pontevedra tiene previsto iniciar este martes el juicio contra Pablo Antonio J.R.S., de 64 años, quien se puede llegar a enfrentar a una treintena de cargos por distribución y tenencia de pornografía infantil. La resolución de este caso fue posible, entre otros aspectos, por la actuación de un agente encubierto que se ganó la confianza del sospechoso en octubre del año pasado. Todo parece indicar que, en todos sus contactos, el procesado empleaba el seudónimo de Federico y «abordaba intencionada y reiterativamente el tema de los abusos sexuales a menores», al tiempo que presuntamente le remitió, «con plena conciencia y voluntad de su contenido y de la difusión que del mismo hacía», multitud de fotografías y grabaciones videográficas. De este modo, todo parece indicar que la unidad de delitos telemáticos de la Guardia Civil pontevedresa pudo averiguar que el ahora procesado tenía intención de desplazarse en avión hasta Peinador con el objetivo «de ver o conocer a una niña», precisó en su día el anterior máximo responsable del instituto armado en la provincia. En el momento del arresto, los agentes le ocuparon «en su poder numeroso material pornográfico referido a menores de edad, distribuido en siete discos compactos» y que se cree que tenía intención de difundir. En este punto, el ministerio público aclara que el acusado «llevaba en su poder con la finalidad de distribuirlos veintiocho fotografías y vídeos, en los que se representaban escenas pornográficas por 42 menores». Asimismo, se le intervino un ordenador personal portátil, cuyo análisis permitió localizar diversos «archivos de naturaleza pornográfica, algunos de ellos referidos» a niños, según refiere el fiscal en su escrito de acusación pública. En su momento trascendió que, simultáneamente a la detención, el FBI realizó un registro de la vivienda de Washington. Entre las numerosas pruebas que solicitará el fiscal que se practiquen durante el juicio se encuentra el visionado de todo el material decomisado por los agentes del instituto armada. Esta circunstancia podría motivar que la vista oral fuese a puerta cerrada.