«Veña, que hai que acabar»

PONTEVEDRA

En directo | Visita a las obras de la azucarera de Portas El alcalde y el presidente de la Diputación inspeccionaron ayer una actuación que se inaugurará, esté como esté, el 7 de agosto dentro de la Xuntanza da Emigración

29 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?Veña, que hai que acabar, aínda que se traballe todos os días ata as dúas da noite». El alcalde de Portas, el popular Roberto Vázquez, lanza este mensaje a los obreros que acondicionan la antigua azucarera en medio de la visita oficial a la zona. Tras recorrer las distintas alas del inmueble, el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, admite que será todo un «reto» rematar la actuación para su inauguración por todo lo alto el próximo 7 de agosto, coincidiendo con la primera Xuntanza da Emigración no Camiño Portugués a Santiago. La comitiva campa a sus anchas por el edificio sin el casco de rigor. Una de las primeras paradas es en la futura guardería infantil. Varias salas con paredes pintadas de vivos colores: verde en un caso, mitad rosa mitad naranja en otro, amarillo y marrón para otra habitación y azul en la siguiente. Casi el arco iris al completo, «unha gardería exemplar», en palabras de Louzán Abal, que asegura que está «moi ben de colorido». «Hai que solicitar unha praza aquí, eh», le espeta a un grupo de periodistas. El recorrido, que a veces interrumpe el trabajo de los operarios, continúa por el que será un centro de día para personas mayores y un auditorio, atravesando zonas de servicio comunes como escaleras y baños, y rematando a cielo abierto en una amplia terraza. El arquitecto de la obra, Alfredo Rojas, destaca que a la hora de rehabilitar el edificio se trató de mantener los muros de la antigua azucarera, que dejó de funcionar en 1890, según los cálculos del regidor. «Su confección era fantástica, los huecos que tenía la azucarera, que siempre me había llamado la atención cuando pasaba por aquí». Uno de los elementos que no estará listo es el más visible desde la distancia: una chimenea a la que hubo que cortar «un trocito» porque estaba en muy mal estado después de sufrir, hace tiempo, la caída de un rayo. «Nos hubiera encantado saber cómo funcionaba la azucarera», apunta Rojas Temprado. Un operario de la constructora Varela Villamor comenta «de estrangis», como diría Estopa, que últimamente hacen turnos de once horas. A preguntas de un fotógrafo, asegura que lo gordo estará terminado para el 7 de agosto. Concluido el paseo, toca hablar. Vázquez Souto subraya que la rehabilitación de la azucarera es una obra muy importante para Portas, pero también para la comarca de Caldas. El presidente de la Diputación y dirigente provincial del PP va más allá y sentencia que la actuación «vai quedar para a historia deste concello». «Estou impresionado (...). Algo como isto ten que facerse con moito amor propio», señala Rafael Louzán, que recuerda que el proceso se inició con la compra del terreno «por parte do alcalde». El Concello solicitó en su día un préstamo para poder comprar los 47.000 metros de la azucarera por cien millones de las antiguas pesetas. La idea inicial era hacer un geriátrico, pero la concesión de uno a Caldas por parte de la Xunta obligó a cambiar de planes. En su rehabilitación se invertirán más trescientos millones, según el regidor, que sigue haciendo las cuentas con las rubias de antes.