De raias y otros «colocones»

La Voz

PONTEVEDRA

RAMÓN LEIRO

Sanxexo dedicó este fin de semana a ensalzar las virtudes gastronómicas de este pescado, mientras que los funcionarios de los juzgados despidieron a un compañero

12 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

El Concello de Sanxenxo celebra este fin de semana su novena edición de la Festa da Raia, en esta ocasión con unos invitados de lujo: una delegación de la Generalitat Valencia. El viernes por la noche la carpa instalada en el puerto de Portonovo acogió la cena oficial. Políticos, ecologistas, marineros y demás fauna, entre la que no faltaron periodistas de la comarca y conocidas caras de Canal Nou, se dieron cita allí. El egregio alcalde Telmo Martín compartió mantel con el vicepresidente de la Generalitat, Joaquín Ripoll; el presidente de la Diputación, Manuel Abeledo; y el concejal de Medio Ambiente de Benidorm, Sebastián Fernández, entre otros. Todos ellos pudieron degustar la raia en sus diversas presentaciones: en caldeirada, marinada, al ajillo, en croquetas... Plato tras plato llegó el turno de los discursos. Breves todos ellos, lo que fue de agradecer para no hacer pesada la digestión. Y en estas estaban cuando la música cobró un inusitado protagonismo. Así, Vangelis y su tema central de Carros de fuego empezó a sonar al tiempo que representantes de la administración valenciana entregaban cheques de dinero recaudado en este comunidad a los patrones de las cofradías de Portono y Sanxenxo, José Antonio Gómez Castro y Alfonso Sueiro, respectivamente, y al presidente de la Fundación Arao, Víctor Vázquez Portomeñe. Y mientras Telmo Martín se fundía en un apasionado abrazo con Ripoll al entregarle una placa honorífica con la raia de oro, el Amigos para siempre daba calor a la escena. Si Lucky Luke ponía la bala donde ponía el ojo, el DJ no desmerecía a este personaje con su ajustada selección de temas. Luego vendría una queimada como final de fiesta. Pero para fiesta la que tuvieron días atrás los funcionarios de los juzgados de A Parda en la comida de despedida de un compañero de lo Penal en el restaurante Casa de Ana. Benjamín López Mumari cumplirá en breve su sueño de desplazar a Pocholo Martínez-Bordiu como icono ibicenco, al hacerse efectivo su ansiado traslado a esta isla balear -su vuelo parte mañana-. Aunque vigués de nacimiento, Pontevedra ha calado profundamente en el corazón de López Mumari, prueba de ellos los muchos amigos que deja en la capital provincial. Sus colegas de los juzgados, conscientes de los maravillosos arenales de Ibiza, decidieron regalarle un cubito, con sus palita y rastrillo, y un patito de goma.