Pegados a la butaca

María Conde PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

Mercedes Román coordina en la provincia un trabajo que destaca la gran afición que existió en la ciudad por el séptimo arte entre 1896 y 1939, con nueve salas

29 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

?uiénes, dónde y por qué veían cine. Y, por supuesto, cómo se atendían sus demandas. Este es el objeto del estudio (con un ámbito de 1896 a 1939) que a nivel nacional coordina el profesor de la Complutense Julio Montero. En Galicia, el proyecto está dirigido por Mercedes Román, docente en Ciencias Sociales. El proyecto se inició en el año 2001 y finalizará en el 2004, en que se concretarán otros aspectos como la utilización del cine como factor de modernización o su influencia en las distintas clases sociales. De momento, el estudio ya arroja resultados significativos sobre la implantación del cine en la provincia, según explica Román. Así, se ha elaborado un mapa con un total de 24 localidades que contaban con salas en el citado período. Y en la ciudad, llegaron a crearse nueve salas de proyección.En este sentido, Pontevedra fue una de las urbes donde más pronto tuvo éxito «la maravilla del siglo», como llamaron entonces al cinematógrafo Lumiére. La primera sesión tuvo lugar en 1897 en el Teatro Principal, un año después de su estreno en España. El aparato llegó procedente de Portugal, «por no haber encontrado un lugar adecuado en Vigo», según refiere el estudio. Sesiones esporádicas Después de esta presentación, el cine siguió llegando a la ciudad de manera esporádica entre 1901 y 1906, con sesiones al aire libre en la Praza da Ferrería, la Alameda o los bajos de San José (futuro Café Moderno), casi siempre con motivo de las fiestas locales. Las nueve salas a las que hace referencia el estudio fueron además del Principal, el Circo Teatro, el Petit Palais, el Café Moderno, Méndez Núñez, el Círculo Antoniano, el Ideal Cinema, el Cine Moderno y el Coliseum. Empresarios como Isidro Buceta, Ramón Dios, Gonzalo Mucientes, Valentín García o Anselmo Martín fueron los primeros empresarios que vieron en el cine una posibilidad de negocio. Y no se equivocaron. Román destaca que en Pontevedra los ciudadanos «estaban muy interesados y así las proyecciones tuvieron gran éxito». En este sentido, la media que los investigadores realizan sobre la asistencia a las exhibiciones oscila entre las cien y las mil personas en el citado período.