Los dos expertos cerraron ayer las Xornadas Fotodixitais coorganizadas por el Consello da Cultura y la Diputación. Fontcuberta habló desde el punto de vista del artista visual
17 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Premio Nacional de Fotografía en 1998, Joan Fontcuberta es uno de los artistas visuales más importantes de España. Ayer habló sobre la fotografía digital como nuevo instrumento artístico. -¿Cómo es ese nuevo instrumento? -Desde mi propia experiencia entiendo que la fotografía digital cambia el repertorio de la creación. Existe una pérdida del principio de realidad y, por lo tanto, desconfianza del espectador ante del carácter documental de la fotografía. También existe una pérdida de materialidad del propio soporte fotográfico, que pasa de ser un soporte material, consistente, a ser etéreo, inmaterial. La tecnología digital posibilita innovaciones creativas no tanto sobre la imagen sino sobre la transmisión de esa imagen. Por ejemplo, abre la vía a la interactividad, a la posibilidad de una creatividad compartida. Otro elemento interesante desde el punto de vista de la creación es la pérdida del azar, de la accidentalidad, que en fotografía históricamente ha sido importante. Los realistas enaltecían el valor creativo de la fotografía en tanto en cuanto representaba una escritura automática visual. Ésto desaparece gracias al control que se gana con las nuevas técnicas. -No se le ve a usted entusiasmado con la fotografía digital. -Sí, sí. Ganamos control, pero perdemos espontaneidad. Hay algunos cometidos en los que es positivo y otros en los que es negativo. Me parece que el fotógrafo gana en libertad, en ampliar las gama de posibilidades porque puede decidir si utiliza un camino o el otro. Eso va a permitir una mayor adecuación a una cierta narratividad. Tal vez haya menos descripción, pero más posibilidades de relato visual. -¿Esos dos caminos, digital y tradicional, van a seguir existiendo o se van a acabar convirtiendo en uno solo? -Yo creo que van a cohabitar. Lo que no sabría decir es en qué proporción cada uno. Es obvio que a nivel de consumo la fotografía digital va a ganar hegemonía, pero qué duda cabe de que hay unos resultados que por su calidad, por su proceso de trabajo, por una cierta poética de trabajo, van a seguir requiriendo la fotografía analógica, la fotoquímica tradicional. -¿Y desde el punto de vista del aficionado? -Yo diría que pasará lo mismo. La gran masa de aficionados se decantarán por la técnica digital, pero seguirá habiendo reductos en los que, por razones específicas de calidad o de cariño con esas técnicas tradicionales, se va a seguir trabajando con el sistema fotoquímico. Es algo así como el que usa un procesador de textos y el que prefiere utilizar una pluma o una estilográfica porque de otra forma no se inspira. Son manías justificables en base a determinadas pautas personales de crear unos ambientes, unas atmósferas de inspiración o de trabajo confortables. No hay nada que objetar a ello. Me parece perfectamente legítimo.