El piloto de la avioneta antiincendios que se estrelló en el 2022 en Zamora infravaloró las condiciones meteorológicas

M. R. OURENSE / LA VOZ

VERÍN

Lugar en el que se estrelló la avioneta, en una ladera del macizo de Trevinca en Zamora
Lugar en el que se estrelló la avioneta, en una ladera del macizo de Trevinca en Zamora Cedida

El informe final de la Comisión de Investigación de Accidentes concluye que el aviador no hizo una buena planificación y realizó un vuelo de traslado que debería haber pospuesto

13 sep 2024 . Actualizado a las 08:46 h.

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, del Ministerio de Transportes, publicó el informe final sobre las causas del accidente de la avioneta de incendios que se estrelló hace casi dos años, el 19 de octubre del 2022, en lo alto de la sierra Segundera, cerca de la localidad zamorana de Porto, en el límite con la provincia de Ourense. El siniestro aéreo causó la muerte al aviador sevillano Santiago Durán, que pilotaba la aeronave monoplaza Thrush 710P en un vuelo de traslado entre la base de Doade (Sober) y la de Córdoba, al final de la campaña de incendios. La inadecuada planificación del vuelo al «infravalorar las previsiones meteorológicas» es la causa del accidente, según el informe de la CIAIAC. Esas condiciones vaticinaban «la ajísima probabilidad de poder completar el vuelo en condiciones visuales», concluyen los analistas.

El piloto había solicitado a su empresa, Plysa, realizar un vuelo de traslado, puesto que se encontraba inactivo. La aeronave no tenía que regresar en un plazo concreto, pero le autorizaron a hacer dicho vuelo si las condiciones meteorológicas fuesen favorables. Ese 19 de octubre, el profesional comprobó por la mañana que las previsiones no eran buenas. «De hecho, las condiciones meteorológicas locales estaban tan deterioradas que no alcanzaban los mínimos visuales. Es decir, las condiciones meteorológicas ni siquiera permitían el despegue», dice el informe. A las 11.11 horas envió un correo a su empresa cancelando el vuelo. Sin embargo, poco después vio que las condiciones locales mejoraban y decidió despegar para comprobar las condiciones hasta más allá de Cabeza de Meda.

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Según el informe, «un vuelo visual no debería iniciarse si del análisis de la meteorología se desprende que no hay garantías de que se conserven las condiciones visuales a lo largo de toda la ruta y los desvíos alternativos». Quizás, apuntan, el piloto se dejó llevar por un «sesgo de confirmación», un comportamiento que produce un desequilibro en la ponderación de la información. Al ver las malas condiciones, quiso volar al aeropuerto de León, aunque su señal se perdió en la zona de Verín.

En el terreno no se encontraron evidencias de que la aeronave hubiera sufrido ningún choque previo o de que se le hubiese desprendido algún elemento. El informe concluye que impactó en vuelo recto y nivelado contra el terreno y que fue una colisión de muy alta energía que fragmentó la avioneta y destruyó el sistema de continuidad entre la baliza y la antena, por eso la avioneta tardó dos días en localizarse. Para evitar estos casos, el informe recomienda a la EASA y a la empresa fabricante Thrush Aircraft que tomen medidas para la mejora del diseño del sistema ELT (Transmisión de localización de emergencia) para que sea más resistente.

La búsqueda de la aeronave y del piloto desaparecidos movilizó  a un gran número de medios de emergencias y de forestales