Una década de zozobra con el AVE

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

TABOADELA

PABLO ARAUJO

La exigencia de la variante exterior ante las dudas del Ministerio de Fomento es solo el último ejemplo de reivindicaciones que la sociedad ourensana ha realizado

15 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Para entender la contundente y unánime contestación social y política a la declaración de intenciones del ministro de Fomento de liquidar la variante exterior del AVE tan solo hay que echar la vista atrás. En Ourense llovía sobre mojado tras una década de zozobra ferroviaria, en la que el debate ha estado siempre presente en la sociedad. Los vaivenes ministeriales desde el año 2005 -en ese período han pasado políticas de dos fuerzas políticas y hasta cuatro ministros- se han centrado en tres ejes: el soterramiento de las vías, la construcción de una variante exterior y el modelo de estación ferroviaria. Diez años después todavía no se ha licitado el proyecto definitivo.

la variante exterior

Del tramo de la vergüenza al amago del ministro. En mayo del 2005, Xunta, Concello y Diputación de Ourense presentaban un primer modelo de estación ferroviaria, en el que se apostaba por traer los trenes a la ciudad por el que posteriormente se conoció el «tramo de la vergüenza». Es decir, se apostaba por aprovechar las vías actuales y mantener la división e la ciudad. El proyecto suponía una inversión de apenas sesenta millones de euros. No fue hasta el 2011 cuando se cambió de criterio. Con José Blanco (PSOE) como ministro de Fomento y el bipartito gobernando en la ciudad se presentaba un protocolo de integración en el que se apostaba por liberar el corredor ferroviaria entre Seixalbo y la estación. A cambio se diseñaba una variante exterior desde Taboadela y que entraría en la ciudad a través de un viaducto en Oira. Desde Fomento se estimaba que la integración urbana supondría un coste de unos 560 millones de euros. Con el cambio de gobierno y la llegada de Ana Pastor (PP) a Fomento todavía se dio una vuelta de tuerca más al proyecto en el 2013. Se presentó en ese momento una readaptación del proyecto manteniendo el trazado por fuera del entramado urbano, pero con una reducción en los costes. Tres años después, y pese al amago del ministro Íñigo de la Serna de eliminarlo, se encuentra en fase de tramitación ambiental. Desde Fomento ya se da por hecho que la alta velocidad desde Madrid llegará por una solución provisional hasta que se construya la variante

el soterramiento

Movilización y derrota. Al tiempo que Fomento sellaba el compromiso de la variante exterior renunciaba al soterramiento de las vías en su entrada a la estación de A Ponte. Al frente de la exigencia se situó el PP, que desde la Xunta exigía una actuación más ambicioso que desde Madrid se descartaba. Entre los argumentos del gobierno gallego para demandar el soterramiento se encontraba el hecho de que era el modelo que se había ejecutado hasta en 25 ciudades. José Blanco defendió una estación en superficie, aunque permeable. Parte de la sociedad ourensana incluso salió sin éxito a la calle para reclamarlo.

la estación

De la maqueta de Foster al debate sobre la intermodalidad. Si en estos diez años hubo un asunto ferroviario que azuzó el debate ese fue el de la estación intermodal. Tras meses de rumores, el gobierno del PSOE sellaba un acuerdo con Norman Foster para que presentara un proyecto para la estación de la alta velocidad. Se convocó un concurso público que se resolvió, a favor del afamado arquitecto británico, en diciembre del 2011. Era un momento político delicado en Madrid, ya que el PP había ganado las elecciones y el PSOE se encontraba en pleno traspaso de poderes cuando dio luz verde a ese concurso. Los populares no tardaron en desmarcarse de la ambiciosa actuación que, según fuentes de Fomento, supondría un desembolso final de 223 millones de euros, incluida la reordenación urbanística del entorno de la estación. Dos años más tarde, Ana Pastor descartaba en Ourense a Foster y anunciaba una estación funcional y más acorde al nuevo escenario presupuestario. No fue hasta el 2016 cuando volvió a haber noticias de la estación. A cuatro días de las segundas elecciones generales, Pastor anunciaba por sorpresa en Ourense que Fomento reculaba y recuperaba a Foster. Eso sí, el proyecto ya no sería tan ambicioso y se desinflaba económicamente con respecto al anterior al situarse en torno a los cien millones de euros. Al tiempo, se abría el debate sobre la intermodalidad del proyecto al construir por separado la Xunta la futura estación de buses.

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El ministro traslada al alcalde el compromiso, que el PSOE quiere por escrito

El martes por la mañana el alcalde de Ourense se quejaba públicamente de que el nuevo ministro de Fomento no le había respondido a su petición formal de entrevista. Horas después en Madrid, Jesús Vázquez e Íñigo de la Serna sellaron las paces. El encuentro, que fue ocultado por ambas administraciones hasta primera hora de ayer, se producía después de que Fomento diera marcha atrás y ratificara la variante exterior del AVE. El cambio de discurso llegó ante las críticas que levantaron las declaraciones del titular de Fomento, en las que cuestionaba la rentabilidad del trazado. «O diálogo é clave para clarexar as dúbidas que se puideron suscitar dentro dunha de carácter xeral, e na reunión que mantivemos o ministro e máis eu, quedou de manifesto e ratificado que o compromiso do Goberno central con Ourense é firme, coa variante exterior como un dos proxectos que están na axenda do ministerio», expresó el alcalde de Ourense. El regidor agradeció la «rápida respuesta» ante una demanda legítima de la sociedad ourensana.

Pese al ministerio dio marcha atrás en su cuestionamiento de la variante exterior, el grupo provincial socialista no se confía y exige un compromiso por escrito en la ejecución de la infraestructura ferroviaria. Presentarán, además, una moción para su debate plenario: «É hora de que Baltar se pronuncie de verdade, terá a oportunidade de demostrar se o da ourensanía é unha pose máis ou unha aposta real por esta provincia», destacó el portavoz del PSOE en la Diputación, José Fraga Civeira.

Ajeno a las críticas, José Manuel Baltar reiteró ayer su exigencia a Fomento para la llegada de la alta velocidad. «Velaremos por un proxecto nas mellores condicións, sen solucións de segunda e no prazo máis breve posible», aseguró.