Ponga un Kennedy en su vida

Ruth Nóvoa de Manuel
ruth nóvoa OURENSE / LA VOZ

RIBADAVIA

CEDIDA

21 may 2017 . Actualizado a las 08:52 h.

Tranquilo. No se preocupe. Esto marcha. Todo va bien. Me refiero a Ourense, claro.

¿Es usted uno de los más de 22.000 parados de la provincia? ¿O quizás lo sea su hermano? ¿O su hija? No se preocupe, el presidente de la Diputación se ha traído a un sobrino de John Fitzgerald Kennedy a bañarse en el río Sil. Y hasta da saltos mortales hacia atrás. Si él puede hacerlo, usted puede encontrar trabajo. Todo va bien.

¿Es usted uno de los agricultores de la provincia a los que la helada le ha echado a perder la producción? ¿Se manifestó en Ribadavia o se subió a un tractor en Viana? ¿No sabe de qué va a vivir hasta la próxima cosecha? No se preocupe, que ya el sobrino de JFK y Baltar están trabajando para analizar «as oportunidades que a economía sostible ofrece ás Administracións públicas e ás empresas, dentro do importante papel que están chamadas a xogar nun mundo globalizado onde o respecto polo medio ambiente é xa determinante á hora de xestionar e desenvolver políticas e proxectos que acheguen competitividade aos territorios». Como usted necesita sostenerse, también sabe de economía sostenible. ¿No se da cuenta? Todo va bien.

¿Conoce usted a alguna de las familias a las que van a ayudarle a pagar la factura del agua? ¿O a alguna para la que la electricidad sea un servicio de lujo? Las hay en Ourense. Pero no se preocupe. Hay otras cosas importantes: que haya cachucha para que se la coma Robert Kennedy Jr. y una banda de gaitas por cortesía de la Diputación para que le toquen una pieza. Échese usted un baile, aunque sea con la luz apagada. Todo va bien.

¿Cuándo pasa por el Barbaña ve una espuma blanca en la superficie del agua y se da cuenta de que hay un nuevo vertido en el río? No se preocupe, que ya hay un Kennedy y un Baltar trabajando para «integrar medidas de protección e conservación dos recursos hídricos garantindo o acceso e subministro de calidade para os nosos cidadáns». Todo va bien.

Quizás sus padres, o sus abuelos, vivan en un pequeño pueblo de Ourense. Quizás sea solo su padre. O su madre. Usted trabaja en otra provincia, viene solo los fines de semana. Lleva tiempo diciéndole que tienen que ir a una residencia, para que los cuiden bien pero no quieren dejar la casa en la que nacieron y en la que lo criaron a usted. ¿Se asusta cuando ve en el Telexornal que han asaltado a unos ancianos del rural ourensano y suspira cuando dan el nombre del pueblo y no es el suyo? No se preocupe. Hay unos señores, que se reúnen en una asociación llamada Partenalia (de gobiernos intermedios, dicen). Quedaron un día en Ourense -supongo que la oposición ya estará preguntando en la Diputación cuánto nos costó a los ourensanos-, se plantaron delante de la fuente de As Burgas y, muy serios, prometieron: «Crear as ferramentas e mecanismos necesarios para que os cidadáns participen coas súas ideas e propostas na toma de decisións, xerando impactos positivos na comunidade local».

Si es que somos unos derrotistas los ourensanos. Con lo bonito que es todo y lo bien que nos va. A lo mejor es que somos cortos de miras. Y hay que ir más allá. A Washington, por ejemplo, a traerse a un Kennedy, como hace el presidente de la Diputación. Si ya lo dijo muy bien en una televisión local: «Eu en Nova York estiven 22 veces, case tantas como en Vilar de Barrio».

Yo cuando quiero entrar en el Despacho Oval, me pongo una película. El presidente de la Diputación se la monta. Y se trae a un actor de reparto para rodar escenas de ourensanía, fenómeno del que seguro que le habló a Robert Kennedy Jr. Estoy segura de que el sobrino de JFK asintió con la cabeza, como si lo entendiera. Pero también estoy segura de que es imposible que entienda en qué consiste.

Respecto a usted, insisto. Tranquilo. No se preocupe. Ourense marcha. Y más que va a marchar. Todo va bien. O mejor dicho, perdónenme la vulgaridad del castellano: Everything’s ok. ¡Oh yeah!