Del fonendo de madera a las microcirugías: así evolucionó la medicina rural en Ourense

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Roberto Fernández se encargó de explicar los tesoros que guarda el museo de Maceda
Roberto Fernández se encargó de explicar los tesoros que guarda el museo de Maceda Miguel Villar

Más de 200 facultativos de toda España participan en unas jornadas en la ciudad

06 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta el siglo XIX los médicos elegían exclusivamente las ciudades para ejercer, así que los enfermos en el rural acudían al curandero porque era el único recurso «sanitario» que tenían. Cuando las dos profesiones coincidieron, durante mucho tiempo fueron dura competencia, en buena parte por los precios. Las tarifas de los galenos eran más altas. Así que el curandero seguía siendo el más demandado por los pacientes. Y algunos estaban especializados en determinadas patologías. En las ferias se podía encontrar desde el que sacaba las piedras del riñón al que trataba las cataratas con una aguja o los compoñedores, que se encargaban de los huesos, y las parteiras, que acompañaban a las mujeres en el parto. «Na primeira metade do século XX había moitas denuncias por intrusismo, aínda que había veces que os médicos e os curandeiros colaboraban; era unha relación amor-odio», apunta el doctor en Medicina Roberto Fernández, trabajador del PAC de Allariz. «Ata os anos 50, non se derivaban pacientes ao hospital, porque sabían que iso significaba morrer ou pagar. De feito, antes dicíase: ‘Hai que aforrar para unha enfermidade’», recuerda Álvarez.

 «Cando a medicina científica se fixo eficaz e a igualou en custe; os curandeiros xa non teñen nada que facer»

La balanza comenzó a decantarse hacia la parte de los facultativos en la segunda mitad del siglo pasado. «Cando a medicina científica se fixo eficaz e a igualou en custe; os curandeiros xa non teñen nada que facer», relata Fernández. Cita entonces el descubrimiento de la penicilina, el uso de los antibióticos y otros métodos eficaces; acompañados de la puesta en marcha de la sanidad pública. Y fue así como poco fueron desapareciendo los curanderos, y su presencia es casi anecdótica actualmente. Eso sí, durante muchos años los médicos rurales tuvieron que afrontar el coste de la compra del material para atender a sus pacientes; y viajaban siempre cargados con un gran maletín con todo lo que podían necesitar en su día a día. Muchos de esos materiales pueden verse ahora en el museo do médico rural de Maceda, un proyecto impulsado por el facultativo Manuel Lage. «Hai museos especializados en Londres que teñen moita máis sona que o de Maceda e non están tan ben», destaca Roberto Fernández, encargado de guiar el taller sobre el museo. Entre los fondos hay desde una reproducción de un fonendo de madera a uno de los primeros cardiógrafos que algún «audaz» compró en los años 40.

La ayuda de la telemedicina

Actualmente, los médicos rurales cuentan con muchos más medios que sus colegas de mitad del siglo pasado. Ahora un médico en Calvos de Randín puede consultar los resultados de una prueba realizada al paciente en el hospital, o hablar con un especialista para tener apoyo en un diagnóstico. «Con la tecnología, podemos hacer telemedicina», explica Cristina Margusino, médica en Xinzo de Limia y organizadora de las jornadas de medicina rural que reúnen a más de 260 médicos de toda España en Ourense estos días. Es por eso, dice, que es una medicina que «engancha», en buena parte porque «tienes el cupo controlado y abarca muchos ámbitos, disfrutas de mucha libertada para ejercer y no tienes límites para hacer ecografías o cirugía menor», ahonda. Además, el médico de primaria «atiende a toda la familia, desde que una persona nace hasta el final de sus días, en muchos casos», señala.

«Lo malo de ser médico rural es que estás solo»

Aunque no todo es bueno. «Lo malo es que estás solo. Y cuando sales a un accidente o a atender a un señor que le dio un ictus en la huerta, no sabes lo que te vas a encontrar», destaca Margusino. La rotación por los diferentes servicios durante los cuatro años de residencia se antojan fundamentales para afrontar estos momentos; aunque también es necesario reciclarse, de ahí que las jornadas de medicina rural de la Asociación Española de Medicina Familiar y Comunitaria (las primeras que se celebran en Galicia) tengan un carácter eminentemente práctico. «La gente pidió que hubiese muchos talleres para practicar», apunta Trini Gamarra, presidenta del comité científico. Durante dos días, especialistas en diferentes campos de la medicina explicarán a sus colegas de atención primaria las últimas actualizaciones en sus respectivos campos.

Los negacionistas

La revisión de la historia de la medicina rural señala que los discursos de los negacionistas y los antivacunas no han cambiado mucho en dos siglos. «Os argumentos que usaron os antivacinas coa varicela a principios do XIX son os mesmos que teñen os de hoxe coa covid», apunta Roberto Fernández. Lo basa en intereses económicos o de otro tipo de seudociencias.

Carlos Eirea es médico en el centro de salud de Bueu
Carlos Eirea es médico en el centro de salud de Bueu Miguel Villar

Carlos Eirea, médico de familia: «A maioría das consultas inician con ‘Esta dor non me pasa’»

Ser médico rural no va tanto por el lugar en el que uno ejerce como por la población que atiende, asegura Carlos Eirea. En el centro de salud de Bueu trabajan ocho facultativos, así que puede parecer menos rural que el de Vilariño de Conso, donde solo hay uno. «Pero é que a poboación traballa no mar ou no campo, son traballos rurais e as patoloxías tamén o son», señala, de ahí que no haya tantas diferentes. De esa situación rural se deriva el hecho de que la mayoría de las consultas comiencen con la misma frase: «Esta dor non me pasa». Por eso es fundamental el papel del médico de atención primaria, y de sus habilidades depende la mejora de la salud de los pacientes. De ahí salió el nombre de Habilifeira, el taller que hoy importe en las jornadas de medicina rural. Formará a sus colegas en técnicas para realizar infiltraciones en hombros o rodillas, que permitan aliviar el dolor en la misma consulta. Sin demoras ni derivaciones.

Tocará otros temas que sin ser graves, sí son molestos. «Unha pel colgante que sae na axila o nunha ingle é unha patoloxía banal pero moi incómoda; e pode quitarse na propia consulta», señala Eirea. Y lo mismo con una uña encarnada.

Antón Núñez-Terrón es médico residente en el centro de salud de Matamá en Vigo
Antón Núñez-Terrón es médico residente en el centro de salud de Matamá en Vigo

Antón Núñez-Torrón, médico residente: «¿Como lle vou prescribir a alguén que camiñe se non hai beiravías onde vive?»

Durante mucho tiempo, la medicina estuvo centrada en la parte biomédica, en el tratamiento y curación de la enfermedad. Si un paciente tiene diabetes o colesterol, el facultativo sabe qué tiene que recetarle para controlar e incluso revertir la dolencia. Pero hace ya más de tres décadas que se empezó a hablar de ir más allá, de buscar la causa de las causas; «saber que inflúe na saúde antes da enfermidade», explica Antón Núñez-Torrón, residente de cuarto año de medicina familiar y comunitaria en el centro de salud Matamá de Vigo. Es el modelo psicosocial, que busca determinar los condicionantes por los que la gente de las clases sociales más bajas o del rural tienen peor salud que los del ámbito urbano de clase media o alta. «Se alguén ten baixos recursos e quere saír comer fóra, vai buscar o prezo máis económico, e vai ir a un sitio de comida rápida», apunta Núñez-Torrón. Esa dieta es fácil suponer que acabará desembocando en colesterol. Y una vez con el diagnóstico, el tratamiento incluye ejercicio físico diario. «¿Como lle vou prescribir a alguén con mobilidade reducida que camiñe se non hai beiravías en condicións onde vive?», se pregunta el médico; o si no tiene acceso a los centros deportivos por su coste. Por eso, dice, es preciso cambiar el modelo e invertir más en prevención. «Hai que cerar alianza entre todos, o médico, a sociedade, o traballador social, o farmacéutico, o concello, a xunta... para identificar os principais problemas e actuar sobre eles», destaca el médico. Asegura que la nueva tendencia no a ven contra del modelo médico, sino que apuesta por una combinación. Y resume: «non vai tanto polo control do colesterol como en evitar que pase».

Jesús Apolinar Álvarez
Jesús Apolinar Álvarez MIGUEL VILLAR

Jesús Apolinar Álvarez, médico de familia: «Ningún estudo certifica que beber un viño ao día protexa de nada»

Beber alcohol es en Galicia una cuestión cultural. Celebramos, ahogamos penas, socializamos... con una copa de vino, una cerveza, un licor café. Pero beber demasiado tiene riesgos para la salud. No es solo la posibilidad de sufrir trastorno por consumo de alcohol, sino por las consecuencias que el consumo excesivo tiene para la salud. «O consumo diario de alcohol afecta a 200 enfermidades distintas: de páncreas, de corazón, a varios cancros...», explica Jesús Apolinar Álvarez, médico del centro de salud de Allariz. Pero, ¿dónde empieza el riesgo? «En dos ou tres viños diarios ou equivalente, como unha copiña de licor café. Ata catro viños considérase risco moderado e a partir de aí, elevado», apunta Álvarez, que niega los beneficios. «Houbo moitas discusións de se unha copa de viño ao día é boa, pero non hai estudo que certifique que sexa protección para nada, iso é un mito», destaca el facultativo. De lo que sí hay estadísticas es de que el 2 % de los bebedores diarios acaban desarrollando trastorno por consumo de alcohol. Pero sin necesidad de que eso suceda, la ingesta habitual puede desencadenar muchas otras dolencias.

Por eso muchas veces en la consulta, el médico de atención primaria se encuentran con pacientes a los que tiene que concienciar sobre la necesidad de moderar su consumo. «Os casos de trastorno por consumo de alcohol o tratamento implica a abstinencia completa; pero nos casos de risco alto consiste en baixar a cantidade», explica Álvarez. En todos los supuestos, es fundamental la implicación del paciente. Porque si este no quiere, no hay nada que hacer. Por eso se apuesta por la entrevista motivacional, que está lejos de imponer o amenazar al paciente. «Está demostrado que iso non funciona. Hai que ser tremendamente respectuoso co paciente, e para iso tratamos de motivalo para que reduza o consumo diario», explica Álvarez.

Emiliano Fernández-Obanza, a la izquierda, en el taller de arritmias
Emiliano Fernández-Obanza, a la izquierda, en el taller de arritmias Miguel Villar

Emiliano Fernández-Obanza, cardiólogo: «A los tres minutos sin oxígeno, el cerebro empieza a morir»

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad en el mundo. Así que saber cómo actuar en caso de un episodio grave es fundamental para la supervivencia del paciente. De ahí las campañas de dotación de desfibriladores en las instalaciones deportivas u otros espacios públicos de gran aforo y de formación a la población sobre cómo hacer una reanimación cardiopulmonar (RCP) para mantener el paciente en muerte súbita vivo hasta que lleguen los sanitarios.

«Los médicos de familia tienen infinidad de cosas en la cabeza porque atienden muchas patologías, por lo que buscamos enfatizar en lo que tienen que estar atentos» ante un caso de arritmia cardíaca, explica el cardiólogo Emiliano Fernández-Obanza, del hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, que impartió un taller junto al médico de Urgencias del CHUO Anxo Fernández. Cada cinco años hay un consenso internacional para actualizar los protocolos de actuación y se edita una guía. La última es de este mismo año. Son más de 80 páginas que los dos médicos han resumido en un folleto de 5 para que los médicos de atención primaria puedan tenerlo a mano y sea de fácil consulta. «Están lejos del hospital y con medicación y recursos limitados», razona Fernández-Obanza, por lo que lo fundamental es que sepan utilizar lo que tienen a mano: el desfibrilador y el marcapasos externo. «A veces las guías las hacen expertos para centros con recursos que no hay en atención primaria», razona el cardiólogo. Y esa primera atención es fundamental para garantizar la supervivencia del paciente y que no sufra secuelas. Porque si el corazón se para, el cerebro deja de recibir oxígeno. A los tres minutos, el cerebro empieza a morirse y a los nueve, en caso de supervivencia, el paciente arrastrará graves secuelas cerebrales.

En caso de infarto, se llama al 061 y el paciente es derivado al centro de referencia (que no tiene que ser su hospital más cercano) para un cateterismo de urgencia. En el caso de los paros cardíacos (que tienen una mortalidad del 98 %), se debe apretar el pecho del paciente con fuerza y buscar un desfibrilador mientras no llega el 061. El caso de las arritmias es una urgencia intermedia entre ambas, que obliga a un tratamiento urgente, porque son potencialmente muy graves, y por eso se llaman arritmias periparadas.

Esther Álvarez es obstetra en el CHUO
Esther Álvarez es obstetra en el CHUO Miguel Villar

Esther Álvarez, obstetra: «Nunca recomendaría a una mujer parir fuera del hospital»

Lo de parir en casa cada vez pasa menos, pero a veces todavía hay mujeres a las que no le da tiempo a llegar al hospital. «El 99,5 % de los partos en España son en el hospital», explica Esther Álvarez, jefa de Obstetricia del CHUO. Y añade: «En el 2018, hubo 718 extrahospitalarios, la frecuencia es pequeña, pero cuando ocurre el personal sanitario tiene que estar preparado». De ahí la importancia del taller que impartió en las jornadas de medicina rural, para actualizar a los facultativos de primaria sobre la asistencia en partos.

«Es un proceso fisiológico y generalmente va solo, por lo que solo deben ocuparse de tranquilizar a la madre y asegurarse de que tanto ella como el bebé están en la mejor situación», añade la obstetra; que también incide en la importancia de saber actuar ante una situación grave, como puede ser una hemorragia posparto. «Es algo que puede pasar también en el hospital, un parto que iba bien y se complica; y es algo muy grave porque estamos hablando de mujeres jóvenes y sanas», dice Álvarez. La diferencia es que en el entorno hospitalario se cuenta con especialistas para cada problema que pueda surgir y los medios también son otros.

Los partos en los que la mujer no tiene tiempo a llegar al hospital, que se conocen como precipitados, suelen ocurrir en caso de niños prematuros o mujeres multíparas. No es la situación ideal, y de hecho Álvarez asegura que nunca recomendaría parir en casa. «Es un acto fisiológico, sí, pero es susceptible de tener complicaciones por el medio. Un hospital está preparado para afrontarlas, una casa no», remarca. Y apela a los datos: desde que en los años 60 se comenzó a parir en los hospitales, ha bajado de manera importante la mortalidad materna y también la neonatal.

La importancia del piel con piel

Y si no hay tiempo para llegar al hospital, ¿qué hay que hacer? «Proteger al niño, hacer el piel con piel (poner al recién nacido sobre el pecho desnudo de la madre o del padre), esperar para el pinzamiento tardío del cordón umbilical, tapar al bebé, sobre todo la cabeza para que no pierda calor y proteger el pirineo de la madre», contesta la obstetra. Es el mismo protocolo que se sigue en el entorno hospitalario, y es el que debe mantenerse en cualquier otro espacio en el que se produzca un nacimiento.