La falta de fondos y de personal retrasan la apertura de La Molinera

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

La Molinera, cerrada a cal y canto, pese a estar ya finalizados los trabajos de construcción.
La Molinera, cerrada a cal y canto, pese a estar ya finalizados los trabajos de construcción. santi m. amil< / span>

El Concello busca llenar de contenidos el centro de nuevas tecnologías

13 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Centro de Coñecemento no acaba de ver la luz al final del túnel. La instalación de nuevas tecnologías que se abrirá en lo que fue La Molinera, en las inmediaciones del barrio de O Polvorín, todavía tendrá que esperar para abrir sus puertas. El Concello de Ourense trabaja a marchas forzadas para darle uso, aunque todavía no hay una fecha para fija para la inauguración. El nuevo gobierno del PP ha mantenido contactos con diferentes colectivos para llenar de contenidos un recinto que, aseguran, heredaron huérfano de proyecto. Las obras, financiadas con fondos europeos, concluyeron hace ya meses. El costoso equipamiento está en dependencias municipales también desde el año 2011. Entonces, ¿qué falta?. El concejal de Promoción Económica, Jorge Pumar, responde: «Llevamos poco más de cien días y estamos buscando colaboradores para ponerlo en marcha. Sin embargo, nos encontramos al llegar al Concello con que las partidas económicas estaban agotadas, que no había personal adscrito a este edificio y que tampoco había planificadas actividades».

A la hora de poner una fecha para la apertura del Centro de Coñecemento, cuya obra costó más de un millón de euros, Jorge Pumar prefiere ser prudente: «No descarto que pueda ser este mismo año.». No será fácil, ya que el alcalde ha asegurado en reiteradas ocasiones que apenas tienen margen de maniobra para ejecutar proyectos al ver reducida a la mitad la modificación presupuestaria que plantearon al resto de grupos de la corporación municipal.

En lo que no hay margen de maniobra para el Concello de Ourense es en el uso que debe dársele a la infraestructura, ya que la subvención concedida por la Unión Europea para levantar el edificio tiene carácter finalista. «El uso tiene que ir dirigido a nuevas tecnologías. No se puede variar», explicó Jorge Pumar.

En este sentido, en las últimas semanas se han producido diferentes reuniones para buscar que la antigua La Molinera sea lo más productiva posible en el futuro. En una de ellas participó el concejal de Ourense en Común, Miguel Doval, como intermediario. Se trataba de un encuentro en el que estuvieron presentes profesionales de la informática, el diseño y la arquitectura. «Buscamos ofrecer cousas novas», explicó Doval. Desde el gobierno ourensano se tomó nota y se aseguró que pueden ser «compatibles» con sus planes. El edil de la marea ourensana, sin embargo, acusa al Partido Popular de falta de una «folla de ruta» y teme que una vez que haya fondos y personal para abrir la instalación, lo que falten sean ideas. «Vemos poucas ansias e pouca ambición», concluyó Doval.

Una incógnita

De los usos que se le darán a La Molinera hay muchas incógnitas y pocas certezas. El anterior gobierno del PSOE organizó antes del traspaso de poderes unas jornadas denominadas «Fabricando Ourense», en las que se expusieron actividades con impresoras 3D o el modelado, que son algunos de los equipos que ya se encuentran en dependencias municipales y que costaron medio millón de euros.

infraestructuras sin uso

De la comisión de investigación al gasto en seguridad y el material embalado

La travesía por el desierto de la antigua La Molinera en el proceso de nave abandonada a centro de conocimiento ha estado llena de sobresaltos. El primero de ellos, en el año 2012, fue fruto de la crisis económica al paralizarse la obra toda vez que la empresa que la ejecutaba entró en concurso de acreedores. Este escenario, con buena parte de los trabajos ejecutados, provocó un parón de aproximadamente un año. La inesperada situación obligó al Concello de Ourense a buscar un plan B y, sobre todo, a hacerse cargo del coste en seguridad para vigilar el recinto. La factura fue de 14.000 euros anuales. La reanudación de los trabajos llegó en el 2014, a cargo de la empresa Obras y Servicios Gómez Crespo, que sumo un nuevo gasto de 320.000 euros para concluir el proyecto. Ya finalizadas las obras, ahora queda el último paso: acometer su apertura.

El tiempo corre en contra de la administración local, ya que existe el riesgo de que el material tecnológico quede en desuso. Supuso una inversión de medio millón de euros y está almacenado a la espera de utilizarse.

El cúmulo de imprevistos en la obra de La Molinera derivó el pasado mandato en una comisión de investigación. Los representantes de los cuatro grupos que en aquellos momentos tenían representación en el Concello de Ourense (PSOE, PP, BNG y DO) llegaron a la conclusión de que es necesario crear un servicio municipal que se encargue del control y el seguimiento de las concesiones administrativas.