El cuarteto ourensano se adapta al ritmo autonómico

BANDE

Santi M. Amil

Solo faltó algún punto del Antela para certificar una segunda jornada redonda para la representación provincial en la Preferente Sur

05 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Año a año, el salto desde la Primera Galicia a la Preferente Sur es uno de los retos más complicados del fútbol ourensano, que esta vez incluso añade la necesidad del Barbadás de cambiar el chip cuanto antes tras su descenso desde la Tercera División o la metamorfosis profunda de un Bande que ha cambiado de modo radical sus postulados.

Si solo el citado conjunto azulón y el Antela habían logrado sendos empates en el estreno liguero, los triunfos del Velle y el Bande a domicilio le han dado un nuevo aire a ambos conjuntos. En el caso del Velle de David Rivo, la victoria en el campo de otro recién llegado como el Juvenil de Ponteareas es un doble éxito cimentado en el trabajo realizado en la estrategia, con un gol en lanzamiento de esquina y otro en libre directo de un especialista como el carballiñés Ocampo. La competitividad del campeón del grupo ourensano está fuera de dudas y falta solo adaptar a los nuevos a un conjunto al que le vino bien el soplo de aire fresco de una victoria que resta ansiedad.

Lo mismo le sucedió a un Bande que arrastraba en su mochila el revés en casa ante el Cambados. Los hombres de Luis Silva se enfrentaban a otro recién ascendido como Amanecer y cualquier revés empinaría demasiado la rampa de salida. La estrategia también funcionó a los de A Baixa Limia en el tanto inicial de Pousa y después llegó el turno de Alberto Blanco, con dos tantos más en la segunda mitad. Todo lo que sea dejar equipos por detrás cuanto antes es positivo para el nuevo proyecto del Outeiro.

En el Barbadás suman las dos jornadas por empate y, tras la réplica de un siempre complicado Sanxenxo, tocaba lidiar con un Cambados crecido por su debut triunfal. Las tablas saben a poco para los de Juanjo Vilachá, después de adelantarse en dos ocasiones, pero el equipo está compitiendo bien en su readaptación a la categoría después de varios años.

El reto más exigente se planteó desde el inicio del curso en Xinzo de Limia, donde Moisés Pereiro debe solidificar un plantel en el que prima la bisoñez y en el que han apostado por jugadores de casa. Ante un bregado Estradense ofrecieron una esperanzadora imagen, pero les remontaron su ventaja inicial en el último tramo. Pecados de juventud.