Un brindis con Couto

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Exposición de Couto en el gastrobar Toxo
Exposición de Couto en el gastrobar Toxo ALEJANDRO CAMBA

El pintor ourensano expone su cromática valiente en el gastrobar Toxo

09 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Enseguida descubrió que el mundo se divide en los que saben sentirse a gusto solos en la silla de un bar y los que no saben», J. Franzen.

Polifónica y colorista es la exposición que el pintor José Antonio Couto presenta en el gastrobar Toxo, en la calle Valle Inclán. No es la primera vez que el artista muestra su iconografía de referentes etnográficos en Ourense, su ciudad natal, a lo largo de una extensa trayectoria caracterizada por el dominio del dibujo y una efervescente y radiante cromática.

En la muestra aborda una línea temática basada en la antropología cultural gallega y su folklore y los oficios tradicionales. Por una parte reactiva la memoria con escenas de costumbrismo rural y urbano, el zapatero, el afilador, el gaiteiro, luces y sombras de la arquitectura de un paisaje sugerido. Escenas de interior se enfrentan a figuras situadas en espacios exteriores con profundo protagonismo de la forma. Masas cromáticas embebidas de vivencias, recuerdos, vino y rosas, también teñidos de angustia, amargura y desafíos con el poso desengañado e ilusionante del artista curtido en mil batallas que resurge como Ave Fénix cada día, apostando por una figuración atractiva y contemporánea, próxima al diseño publicitario y de una frescura inmediata como una serie de ejercicios de pintura rápida de tipos y elementos populares cuyo denominador común son el dinamismo y distintos procesos creativos de reducción y síntesis de la forma que reacciona avivada por el incremento de calor consecuencia de elevar la temperatura de color.

No son las sombras aislantes sino la coloración de los objetos lo que delimita los vacíos y redefine los volúmenes dentro de la unidad dinámica de cada escena. Mantiene el realismo inmediato de la proximidad con el tema y la subjetiva idealización del recuerdo entre lo pintoresco y lo artificioso; la ensoñación y el componente folklórico y costumbrista, que diluye en una desfiguración consecuencia de la hipertrofia figurativa con intención expresiva y una revalorización de lo autóctono en las escenas representadas, tales como los oficios tradicionales.

La raíz estética de las obras de Couto reside en un trazado nervioso del dibujo gestual y la vibración de la luz con las sugerencias implícitas del instante inmediato. La epidermis cambiante, parpadeante del neón de la apariencia, es una reinterpretación contemporánea del Impresionismo. Pintura en tránsito en la trepidación nerviosa del trazo y en la huella que describe. Imaginación y evocación sugerida con eficacia en las tintas púrpura, ocre y oxidada del recuerdo, resonancia del Élan trepidante de la creación. Capta esa coloración astillada de la realidad inestable y fugaz. Esos cambios cromático-lumínicos crean la obra con la autonomía de materia orgánica convertida en pictórica. El poder germinal de la mancha en Turner, Matisse o Miró, independiente de su negación figurativa, es fundamental en la pintura sugerida de Couto y se refuerza con el tendente organicismo de los volúmenes y en la atmósfera cerrada de los vacíos. Un espacio desintegrado, nebuloso, anticlásico, modelado por lo sensible. Suave atemporalidad congelada en la maraña de imágenes que dan forma a nuestro capital cultural antropológico. Couto desplaza masa, movimiento y escala al terreno de la expresión, hipertrofiando las formas de manera que traspasa la forma a silueta de perfiles recortados por la envolvente línea de contorno, determinando la imprecisión subjetiva de sus perfiles, que unifica los valores atmosféricos y equilibra la escena. El aspecto cálido y orgánico del pigmento aporta matices cromático-sensoriales emocionales que eclosionan a través de la yuxtaposición de planos, la creación y la maduración de una idea previa que evoluciona de manera gestual, sin una subordinación de líneas y planos conceptualmente léxica o narrativa de tipo interno. Podría ser que el artista quisiera recuperar el misterio que habita en lo real a través del desarrollo de un discurso nostálgico en las masas de textura variable de los empastes, estructuralmente construidos que delimitan la superficie plástica como espacio que origina un paisaje pétreo, atemporal y mítico en el álbum de recuerdos de la memoria que en un inesperado y sinfónico déjà vu se apropia de las sensaciones y emociones que traslada a cada pincelada convirtiendo cada lienzo en un escenario vivido, una propuesta abierta, una pugna entre lo cotidiano y lo fantástico. Venial sacra conversazione impostada, que, sin embargo, reproduce cargada de voces, de susurros, la angustiosa veracidad de Castelao.