El proyecto de Ourense sedujo a Javier para abandonar por primera vez su tierra, donde comenzó a despuntar con el Cimbis, equipo de su localidad natal, con el que alcanzó la Liga EBA en 2011. Tras pasar por el CAM Enrique Soler melillense, debutó en LEB Plata con el Morón, en 2015, para llegar a Oro en 2018, de vuelta a la ciudad norteafricana, en el Melilla. Optó por el largo viaje a tierras gallegas para afrontar un reto que su nuevo club nunca escondió. Al conjunto cobista solo le valía el ascenso, como al propio base: «por plantilla y por prestigio de la entidad, todos miraban hacia aquí a la hora de nombrar favoritos, pero los que conocemos esta liga sabíamos que siempre es muy difícil. Por un solo partido, el Cantabria nos impidió el duelo directo por el ascenso, así que estamos en este playoff, pero el reto es el mismo y hemos trabajado bien todo el año, este equipo se merece ascender porque siempre se mantuvo en la pelea por conseguirlo».
Y con eso, el director de juego no le resta merecimientos a un Navarra al que considera un adversario muy incómodo a estas alturas del curso: «estuviera o no arriba, siempre ha sido un equipo peleón, que compitió muy bien; sabemos que es capaz de enlazar rachas de 7 u 8 puntos consecutivos que le pueden dar la vuelta al partido y que, por ejemplo, en la ida, les valió para reducir una ventaja nuestra que pudo hacer más cómoda la vuelta, así que tenemos que estar muy concentrados y evitar que esas reacciones suyas nos aparten de nuestra meta».