Esta comida marida con buena música

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Jacobo Mojón pone la música y Luis Romaní la comida, en Sybaris 2.0
Jacobo Mojón pone la música y Luis Romaní la comida, en Sybaris 2.0 Iria Rodriguez

En Sybaris 2.0 no solo envían sus elaboraciones a domicilio, les ponen listas de reproducción

25 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que llegó a la ciudad, Sybaris 2.0 tuvo la clara intención de crear experiencias culinarias para sus comensales. Combinando su excelente propuesta gastronómica con buena música, una estética que recuerda a un hogar lleno de vida y de gente, y también con el vino más adecuado a cada plato y a cada paladar -de ahí su faceta como vinoteca-. Las restricciones vigentes limitaron su pack completo, especialmente con la imposibilidad de llenar de gente su restaurante. Más allá de hundirse, Jacobo Mojón, propietario del local situado en la calle Cardenal Quiroga, se puso a pensar cómo podría trasladar el ambiente de Sybaris a las casas de sus clientes sin desligarlo de la comida. Y la respuesta no fue otra que: a través de la música. Las propuestas de Luis Romaní, jefe de cocina del restaurante, para el servicio a domicilio van maridadas con cinco listas de reproducción en Spotify, a las que el propio cliente accede escaneando un código QR. «Cuando escuchas música 14 horas al día, te das cuenta de la importancia que tiene. Esta es otra forma de colarnos en el comedor de nuestros clientes», dice Jacobo. Una incluye los clásicos de todos los tiempos, una es de jazz, otra de rock, de indie y la Flow Away, «para dejarse llevar y disfrutar».

El epicentro de todo sigue siendo la comida. Propuestas diferentes, originales y suculentas que Luis Romaní va modificando y añadiendo cada semana. Brioche de steak tartar, baos de carrillera estofada con crujiente de cebolla, wok de fideos gambón y cachucha, empanadillas de centollo con agridulce de pimiento de Padrón o costilla de vaca a baja temperatura. Además del menú diario por 12,50 euros que sigue manteniéndose. Los platos hay que terminarlos en casa, bien mezclando ingredientes, vertiendo una salsa o calentando 30 segundos un pan. «Es una forma de participar y divertirse en el proceso y también de asegurar que comen nuestro producto en su estado perfecto y sin perder calidad en el viaje», termina Jacobo. Solo queda pedir y subir el volumen.