Déjalo correr

Pablo Varela Varela
Pablo Varela EL APAGÓN

OURENSE

12 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Al poco de llegar a Ourense, un compañero de la profesión me propuso cubrir algo semejante a una quiniela sobre qué depararía el año en la provincia. Ninguno de los dos se jugó nada, porque en realidad eran partidos que llevan disputándose toda la vida. De los incendios en el Xurés al desbordamiento del Miño, el tiempo le dio la razón. Supongo que hay quinielas así de malvadas, en las que se acierta a sabiendas de que nadie gana.

Queda por ver por cuánto se pierde si la epidemia de coronavirus, con la que nadie contaba meses atrás, se ceba de nuevo con la provincia y con nuestros mayores. Con el otoño a las puertas, leía comentarios días atrás sobre la necesidad de acostumbrarse a convivir con la enfermedad, al igual que pasó antaño con la gripe. Sonaban a rendición, pero por hartazgo, no por convicción.

Personalmente, tengo mis dudas sobre si banalizar el peligro suele llevar a alguna parte. Y en todo caso, si el condenado virus ha llegado para quedarse, asumir una dificultad no implica necesariamente relajarse ante ella. Si no, habría que plantearse de qué han servido todos los esfuerzos que se han realizado hasta ahora, aunque el mundo, la realidad y la posverdad giran tan rápido que hasta la memoria se marea.

No hablo de la mascarilla, sino de los aplausos de las ocho. Ya no se escuchan, como otros tantos consejos y advertencias de científicos y sanitarios que, tan pronto bajó la curva, regresaron al segundo plano donde se les ha relegado por décadas. Imagino que hasta ahí impera la doctrina general del «déjalo correr», como si hubiese una mano invisible dispuesta a cambiarlo todo. Y no la hay.