La reforma de la avenida de Celanova en Xinzo afronta su recta final tras seis meses

Sindo Martínez XINZO / CORRESPONSAL

OURENSE

Las obras en la avenida de Celanova están a punto de rematar
Las obras en la avenida de Celanova están a punto de rematar Santi M. Amil

El gobierno local quiere mantener el doble sentido de la circulación, como piden los vecinos

12 feb 2020 . Actualizado a las 19:02 h.

La primera fase de la reforma integral de la avenida de Celanova en Xinzo de Limia está a punto de culminar después de más de medio año de obras. La actuación, cuyo importe supera el medio millón de euros, está pendiente del vertido de aglomerado del nuevo asfaltado en un tramo que discurre entre la intersección con la N-525 y el entronque con la pista de Cepetal.

Las obras correspondientes a la renovación de la red de suministro, saneamiento y drenaje ya están terminadas. También la ejecución de las aceras, mientras que la iluminación está a punto de completarse, al igual que la parte del mobiliario urbano y la señalización.

El proyecto se basa en la limitación del tránsito de vehículos pesados en la calle, que será desviado por la carretera de conexión de OU-531 a N-525 y A-52. El grupo de gobierno tiene intención de atender la petición vecinal de dejar un doble sentido de la circulación en ese tramo del vial comarcal entre Xinzo y Celanova. La decisión definitiva sobre este extremo deberá ser tomada en las próximas semanas.

Fuentes vecinales indicaron que -pese a las reticencias iniciales ante el proyecto- los residentes están satisfechos con el desarrollo de las obras. La segunda fase de la reforma, incluyendo la habilitación de un vial de circunvalación que una la N-525 con la carretera comarcal Xinzo-Baltar OU-304, ya está en fase de ejecución. El montante total de la operación urbanística superó los dos millones de euros.

La remodelación viaria se topó hace dos años con una seria oposición vecinal, ya que el primer proyecto, luego desechado, incluía la tala de cerca de un centenar de árboles del barrio. La oposición ciudadana y de grupos ecologistas provocó una modificación sustancial del diseño inicial previsto por la Xunta, propietaria del vial.