Espiar al ciudadano

Luis Gulín EL DESCORCHADOR

OURENSE

20 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se pueden imaginar un país europeo que desde sus fuerzas armadas, su policía y sus políticos espíe, vigile y controle los movimientos sospechosos de sus ciudadanos, en especial si tienen inclinaciones hacia la izquierda? Pues ese país tan democrático, tan ejemplar y muchas veces citado y mentado en público y en privado por algunos y algunas si existe. Desde 1957 hasta 1989 observó, vigiló y persiguió a antimilitaristas, a los que estaban contra el uso de la energía nuclear, a comunistas, sindicalistas, socialistas y ¡atención! a emigrantes políticamente activos contra sus países de origen, entre ellos algunos españoles. Ese país creó una ficha de personas calificadas de extremistas donde simplemente se registraba a todo el mundo que se dejaba ver en una manifestación o protesta callejera. Las intervenciones telefónicas, la apertura de la correspondencia privada era todo naturalmente sin amparo judicial. La guerra fría y la histeria anticomunista provocaron en ese país que más de 700.000 personas fueran fichadas. Al descubrirse en el año 1989 que un destacado político tenía también fichas elaboradas a título personal empezó poco a poco a salir a la luz del día el escándalo. Una comisión de investigación parlamentaria descubrió a mayores que la fiscalía general del estado tampoco estaba muy limpia. A estas alturas pensarán que estado o país hacía semejantes barbaridades. Suiza, si, si, la tan ejemplar y democrática Suiza. Si tienen tiempo consulten en Internet la llamada Fichenaffäre y se sorprenderán hasta donde llegaba la represión y paranoia del estado alpino.