«Nadie es prostituta porque quiere»

Marta Vázquez Fernández
m. vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

DUVI

El campus acogió un foro en el que varias expertas abordaron la necesidad de visibilizar la trata y luchar contra ella

28 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace tan solo una semana caía en la capital ourensana una red dedicada al tráfico y la explotación de mujeres con fines sexuales. Seis personas, todas de origen venezolano, fueron encarceladas por engañar a mujeres en su país de origen para traerlas hasta la ciudad de As Burgas y obligarlas a prostituirse en pisos. La operación puso sobre la mesa una realidad sobre la que no se presta la atención necesaria: en todas las ciudades hay pisos o clubes en los que decenas de mujeres ejercen la prostitución tras haber sido, en muchos casos, víctimas de redes de trata.

Concienciar sobre esta realidad y dar pasos para visibilizarla y erradicarla fueron los principales objetivos de la jornada organizada por la Fundación Amaranta en el campus de Ourense. En torno al título Trata con fins de explotación sexual; unha forma de violencia de xénero, se desarrollaron distintas ponencias en las que se abordaron diferentes perspectivas. «Consumir prostitución é consumir trata», aseguró Susana López Abella, secretaria xeral de Igualdade de la Xunta, una de las encargadas de abrir la jornada, que animó a la toma de conciencia. «O problema está aquí, non lonxe, e temos que reflexionar», dijo, haciendo un llamamiento a un aforo en el que las mujeres eran mayoría. «Ten que haber nestes foros máis homes concienciados; nesta loita é moi importante que se sumen, porque a trata é a violencia máis execrable contra a muller», advirtió.

López Abella destacó que el 94 % de las víctimas de trata son mujeres y niñas y describió sus vidas como «unha realidade aterradora e cruel», explicando que muchas de ellas son captadas por las mafias cuando huyen de sus países en busca de un futuro mejor. «É difícil comprender que os miles de homes que consumen sexo miren para outro lado e permitan que exista a escravitude humana», insistió.

Casi 700 víctimas el año pasado

Relató que el año pasado se atendió en Galicia a 690 víctimas de trata y que este año han pasado 16 mujeres y niñas por las casas de acogida. «A trata nos avergoña como sociedade», zanjó, recordando que la prostitución «non é unha vida para ninguén».

María Alida Iglesias Gil, responsable de la unidad provincial de violencia sobre la mujer, hizo en su ponencia una radiografía de algunos datos sobre un negocio ilícito «muy lucrativo». Y es que según las estadísticas el 39 % de los españoles ha pagado alguna vez por tener sexo y España es uno de los principales destinos de tráfico de mujeres de todo el mundo. Son datos preocupantes que entrañan enormes dificultades a la hora de investigar. «Entre 2013 y 2018 se incoaron 624 diligencias judiciales por explotación sexual, pero la realidad supera con mucho esos datos», aseguró Iglesias, que recordó que las víctimas de trata son mujeres «vendidas, agredidas y sometidas a condiciones de explotación, que quedan marcadas de por vida».

Paraguay, Venezuela o China son algunos de los principales países de origen de las mujeres, explicó la ponente, que destacó las «carencias» del sistema español para encarar un problema de compleja solución porque implica a mafias internacionales.

Eugenia Díaz Abella, concejala de Igualdad en Ourense, se refirió en su turno de palabra a que se ha constatado una demanda creciente del consumo sexual y calificó la prostitución como «una problemática invisible, que nadie quiere ver». «La prostitución no es una profesión, voluntariamente nadie quiere ejercerla, porque a esas mujeres las controlan los hombres, casi siempre con violencia», aseguró, lamentando que la sociedad justifique a quien paga por tener sexo. «¿Qué nos está pasando?», se preguntó, recordando que en Ourense también existen pisos y clubes en los que se obliga a mujeres a ejercer la prostitución. «Siempre hemos convivido con eso, pero miramos para otro lado porque lo cómodo es diluir el problema», advirtió, considerando necesario dar un paso adelante y actuar, también desde las instituciones locales.

Águeda Gómez Suárez, socióloga y profesora en la Universidade de Vigo, se centró en la explotación sexual como «cosificación da vida» y habló sobre estudios, en los que ella ha participado, que han permitido conocer cómo son los consumidores de sexo bajo pago. «Non hai un perfil sociolóxico claro», advirtió, asegurando que hay clientes de todas las edades, profesiones y rangos sociales. «O único común é que todos son machistas, persiste neles a ideoloxía patriarcal», aseguró.

Incidió asimismo la experta en que hay usuarios para quienes el sexo es un objeto más de consumo, y destacó que este tipo de percepción es muy habitual entre los clientes más jóvenes. «Acuden a espazos de prostitución sen valoracións éticas, mentres conviven con discursos de igualdade cara as súas irmás ou amigas. Non ven a incoherencia que supón», advirtió.