Estamos en pleno julio. Calor, mucho calor. A veces tanto que provoca tormentas intempestivas. Aún así, no nos escapamos de la sensación de bochorno que nos persigue día y noche. Es Ourense, lo normal por estas fechas.
En cualquier ubicación de la costa, pleno julio: Playa y sol -vale, a veces no tanto como se esperaba-, y aún así el calor es otra cosa, no me lo nieguen. Arena, vacaciones, esparcimiento. Dicen que solo ver el mar a primera hora de la mañana ya te pone de buen humor, por algo será. Admito que a mí me gusta hasta en invierno, pero son cosas mías.
Con todo, el verano me confunde. Sol, arena, volei playa. ¿Y es Ourense? Pues sí, ni más ni menos. En el Concello recogieron el gancho que lanzaron dos clubes muy activos como el Club Ourense Volei Praia o, el más reciente, Club Volei Praia Milenio Ourense. En cuanto tuvieron en sus manos la nueva instalación municipal, sus actividades deportivas y también su vertiente organizativa cobraron un impulso evidente.
Va a ser que sí, que aquí sí hay playa, en la misma capital ourensana, la que parecía alejada de los deportes más practicados a la orilla del mar. Y sin embargo, tenemos incluso ese marco náutico de interior, aquí al lado, en Castrelo de Miño. En cuestión de semanas, disfrutamos de una Copa de España de Piragüismo y de un Campeonato de España de Remo Olímpico. Y a la vuelta de la esquina, están las regatas de la Copa Diputación de Windsurf. ¿Alguien dijo que no había playa? Las rías están a un paso -a golpe de autovía-, pero aquí también podemos escoger nuestra playa. Y disfrutar del verano. De este calor de Ourense.