Sí al concierto

María Doallo Freire
María Doallo NO SÉ NADA

OURENSE

03 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No tengo teoría musical, ni demasiada experiencia práctica. Lo intenté con el violín, más o menos lo conseguí con el piano y lo que siempre quise tocar fue el saxo. No reconozco los acordes de la mayoría de los grandes temazos de la historia. No hilo grupos con canciones, ni letras con títulos. No sé nada de música, la verdad. Pero me encanta. Aún así afirmo que, después de los fuegos artificiales, mi espectáculo favorito es la ópera. Y jamás digo que no a un concierto, desde el más «íntimo» hasta el show más caro. Porque la música es emoción incuestionable. Más allá de teorías y prácticas, de experiencia, de vocación y de público. La música es piel de gallina, es un flechazo sin remedio y sin cordura, son cien mil hormigas recorriéndote las tripas y chillar hasta que no puedes más. La música te lleva de vuelta a los fracasos amorosos más ruines de tu vida y te devuelve a todas esas noches de verano en las que el amanecer llega demasiado pronto. Por eso estas fiestas de Ourense habrán sido muchas cosas malas, pero desde luego al menos una fue brillante. Doce euros por ver a los Marea subirse a un escenario de nuevo y por última vez y, de regalo, ver a Yosi intentando alzar el vuelo. Christina Rosenvinge demostrando otra vez que sus cuerdas vocales y ella hicieron un pacto con el diablo no sé sabe cuándo. O los ourensanos Ménage à trois, con su jarana y su felicidad, tocando gratis en la Plaza del Hierro. La música no entiende de justicia ni de calidad, si no estos últimos habrían llenado en Expourense, pero tiene un resultado directo en el cerebro y en la sangre. Ahora solo queda pendiente hacerlo más y sin necesidad de excusas. ¡Que traigan a Rosalía, a Buena Vista y a Tonichi & Pacheco!