Mi solidaridad es rural

Rubén Riós FIRMA INVITADA

OURENSE

MARCOS CREO

03 jun 2019 . Actualizado a las 18:21 h.

Hace una semana me llamaba el director general de la ONCE en Galicia, Carlos Fernández Lamigueiro. Esa llamada se producía en el peor día de esa semana para mí: días antes había ejercido mi derecho a la Libertad de expresión para denunciar públicamente la gestión política que se lleva acabo en la aldea que más quiero del mundo, mi aldea, Riós. Ese mismo día estaba recibiendo el precio de ello en mis carnes. Todos somos sabedores de que vivimos en una revolución digital. ¿Cuanto nos ha facilitado la vida verdad? Pero mi pregunta es: ¿está revolución digital implica una revolución en la libertad de expresión? Permítanme que lo dude. ¿Merece la pena hacer uso de ella? ¡Pues claro que lo merece! Aunque el precio sea alto. Por favor, la revolución digital está bien pero debemos centrarnos mucho más en la revolución educativa, en conocimiento, en creatividad, en innovación educativa, en crear seres que no se alineen a colores y no sean partícipes de una cadena de favores; démosles las herramientas para denunciar sin faltar a nadie cuando hablamos de derechos humanos.

La llamada me informaba de que mi trabajo (la película y el documental Vida y Máis ca vida) y el de mi equipo y mi trayectoria eran reconocidas con el premio Galicia solidaridad ONCE 2019 en el ámbito de la comunicación, por promover la plena integración social de las personas con diversidad funcional. Esta decisión fue gracias al talento de siete personas de un jurado compuesto por profesionales d distintos ámbitos.

Mis lágrimas brotaban a cada palabra de este buen señor que me decía: el porqué y las razones de este reconocimiento. Y mi ego se preguntó: ¿Por qué a mí? E inmediatamente mi contraego dijo: Mal vamos Rubén si este premio piensas que es para ti... Después de eso pensé: es verdad, este premio no es mío; es de toda esa gente que me fui encontrando por el camino, los que me hicieron bien y los que me hicieron menos bien porque todo ello ha sido un aprendizaje para llegar hasta aquí. Y llegar hasta aquí no es llegar al éxito ni al triunfo; es conseguir mis objetivos ayudando a que otras personas lo consigan también.

Otra de las preguntas que me hice fue: ¿de donde me vienen esos valores para que ahora mis proyectos también los tengan? ¿Qué es la solidaridad para mí? No sabría deciros pero si sé donde me la han inculcado y en qué momento de mi vida lo hicieron: en el rural y en la infancia. Sí, en ese momento, cuando somos esponjas, cuando absorbemos lo bueno y lo malo, lo productivo y lo destructivo, cuando tenemos la suerte de que quien nos educa nos enseña a alegrarnos de los triunfos de los demás, a no criticar el éxito ajeno, a no utilizar cabezas de escalones, a expresarnos con respeto y libertad por el bienestar de los demás y no solo el de uno propio, a no mirar al distinto con ojos de pena, a acercarse a él con ojos de aprender, sumar, crear, creer y darle las herramientas para que por lo menos tenga las mismas oportunidades y derechos que los que nos creemos normales.

Abracémonos más. Abrazaremos más la diferencia, joder.

En nuestra Galicia rural están los que ven el marco como un lugar de disputa y otros como un lugar de encuentro. No sé lo que es la solidaridad pero si lo que es educar en solidaridad: es ayudarnos a expresarnos en libertad, es respetar al que piensa diferente y no vetarlo, es no solo ayudar al distinto si no aprender de él y poner a su disposición lo que a ti te han transmitido, es entender que la competencia nos hace mejores, que salir de nuestra zona de confort debe ser primordial.

Si tuve algo claro en mi carrera como actor y director desde el principio es que mi profesión tiene que servir para hacer pensar a la sociedad y darle herramientas a los más necesitados para darles voz, ganas y sobre todo trabajo, para que ganen autosuficiencia.

Gracias a los que criaron a mi pueblo, a mi familia por enseñarme a amar la tierra y al ser humano; soy fruto de todo ello gracias a todos los que me dais trabajo porque en la medida en que me lo dais más puedo dar yo.

Gracias a los que me criticáis porque así quiero más a los que me dicen las verdades con un abrazo. Gracias a la persona con discapacidad del rural, al distinto en general, porque vuestra mirada de aguante y nuestro silencio es mi mayor motor.

Gracias a esas mujeres rurales que me educaron desde su invisibilidad. Si algo nos enseñaron a mi hermano y a mí es a ayudar y querer al ser humano y a nuestra tierra. Por eso ahora mi mayor objetivo es a través del séptimo arte darle voz y herramientas.

Este reconocimiento es para todos los que se han sentido identificados y nombrados en estas palabras. Gracias.

Rubén Ríos Marcelín es actor y director de los trabajos audiovisuales «Vida» y «Máis ca vida»